Nunca como ahora los libros de texto gratuitos habían generado tanta polémica: que tienen garrafales errores, que para su elaboración no fueron consultados especialistas, que persiguen adoctrinamiento. Fiel a su estilo, el presidente, Andrés Manuel López Obrador, culpa de las quejas y exigencias a “los conservadores”, sin reconocer ni un solo error.
Y ni siquiera se muestra dispuesto a acatar la resolución de la jueza tercera del Distrito en Materia Administrativa en la Ciudad de México, Yadira Elizabeth Medina Alcántara, quien dispuso el pasado 24 de mayo que la SEP debe suspender de forma provisional la producción de los libros de textos y demostrar que siguió los procedimientos legales, además de garantizar que la elaboración de los libros contó con la intervención de los gobiernos estatales y de los especialistas en materia educativa. El amparo fue interpuesto por la Unión Nacional de Padres de Familia, que se queja de que el material para el ciclo escolar 2023-2024 carece de bases pedagógicas y está plagado de errores.
La polémica se centra en cinco puntos: las materias no tienen libros específicos, el contenido de matemáticas es insuficiente, los alumnos de secundaria tienen menos libros, los contenidos no fueron evaluados por expertos, los alumnos dejarán de aprender sistemáticamente.
La misma Coordinadora de Trabajadores de la Educación reconoce que no fueron convocados para la elaboración de los libros y puntualiza que se requiere una revisión profunda de los mismos. En una postura extrema un periodista de la capital del país los calificó como “virus comunista”. López Obrador ha negado que en los textos se haga apología de la violencia por la forma como se aborda el tema del guerrillero Lucio Cabañas.
Otras sugerencias más sensatas tienen que ver con que para el nuevo ciclo escolar, que iniciará el día 28 del presente mes, se utilicen los mismos libros de texto del anterior ciclo, mientras se resuelve la polémica de los nuevos y se corrigen evidentes errores como la desproporción de los planetas del sistema solar a los que llama “planeas”, en un incuestionable pero a la vez imperdonable “error de dedo”.
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