Desde la Basílica de Guadalupe, pide obispo Hilario por la paz de México

Desde la Basílica de Guadalupe en Ciudad de México, el obispo de la Diócesis de Saltillo, Hilario González García, pidió a Dios y a la Guadalupana por la paz y armonía de México, al tiempo que llamó a sus habitantes a privilegiar la unidad y equidad.

Lo anterior, durante la homilía que pronunció este miércoles en el recinto religioso dedicado a la Morenita del Tepeyac, al que acudió en compañía de sacerdotes y creyentes con motivo de su peregrinación diocesana.

“Venimos como peregrinos a los pies de la Virgen María de Guadalupe, para estar en su regazo que nos fortalece en la debilidad, y escuchar su corazón materno que nos anima a tener esperanza en Dios, recibir de Él la paz que necesitamos para ser un pueblo que camina en unidad, en justicia y equidad, en armonía con Dios, con los demás y con la creación”, mencionó monseñor Hilario.

“Si las tentaciones del mundo actual nos llevan a la crueldad, la guerra, la ofensa, el desprecio y la indiferencia, la virtud cristiana nos impulsa a vencer el mal a fuerza de bien, a poner en práctica el modelo del Señor Jesús, manso y humilde de corazón, que vence las tentaciones con la confianza en su Padre y que nos invita a cargar su yugo suave del amor compasivo”, agregó.

Asimismo, extendió un llamado a la feligresía a seguir el ejemplo de la Virgen María para retomar la fe en Dios y evitar el divisionismo entre las personas, a la par que convocó a los sacerdotes a renovar su vocación como discípulos de Cristo para continuar con su labor evangelizadora.

“Si nos dejamos guiar por el ejemplo de María, la primera discípula misionera, no pecaremos pues de su seno nace Cristo, fuente de la gracia que necesitamos para vencer en las tentaciones; quienes la honramos, tendremos la vida eterna prometida por Cristo para los que se dejan educar bajo el manto de su Madre, quien siempre nos conduce a Él”, expresó.

“Como Diócesis, tenemos la vivencia de la espiritualidad de comunión que nos nutre para vivir en paz, tenemos la experiencia de la sinodalidad que nos motiva a participar con entusiasmo en la misión evangelizadora de nuestra Iglesia para procurar la armonía personal y comunitaria”. (OMAR SOTO)