Habilitan espacios interactivos en Hospital del Niño para beneficio de sus pacientes

 

Partiendo de la idea de crear atmósferas más amigables para sus pacientes con aditamentos que hicieran su estancia más llevadera, cómoda y lúdica, la Fraternidad Biker «Hijos Desobedientes» habilitó esta semana dos salas del Hospital del Niño de Saltillo con fotomurales, sábanas y cobijas alusivas a superhéroes populares, dotación de películas con mensajes positivos y motivacionales, consolas con videojuegos aptos para este público, sistema de audio para terapia musical, luces led para una iluminación más llamativa y biblioteca con libros e historietas infantiles.

En palabras de Jesús Leal Gutiérrez, miembro de esta Fraternidad, la aplicación de este proyecto gratuito bajo el nombre «Salas Desobedientes de Recuperación Divertida» en el nosocomio tuvo resultados inmediatos, impactando positivamente en el ánimo de los pequeños que acuden periódicamente a su sede a tomar quimioterapias o que se encuentran internados por algún tratamiento médico.

«Hay estudios que afirman que la ambientación y el entretenimiento dentro de las zonas hospitalarias coadyuvan a la recuperación de los niños. Nosotros lo que hicimos fue tomar una experiencia realizada en hospitales de Madrid, España y adaptarla en Saltillo respaldados de pediatras y psicólogos infantiles. Así salió este concepto», compartió este viernes con EL HERALDO.

«Es un conjunto de elementos que cambian totalmente la perspectiva de una sala de hospital. Los niños de entrada se relajan y al bajar sus estándares de estrés con los que llegan, con el miedo que llegan a hospitales, adoptan una actitud más positiva ante la situación y los doctores pueden trabajar mejor con ellos. Además los medicamentos pueden aplicarse de una mejor forma porque el niño está relajado», profundizó.

El activista esperó que esta iniciativa se replique en más hospitales que atienden a público infantil, ya que en su opinión el dotar a estos espacios de salud de áreas similares propiciará incluso que sus pacientes afronten con mayor ímpetu y optimismo su enfermedad o padecimiento.

«Es algo que nos llena de mucho orgullo porque cuando equipamos estas salas y vimos al primer niño entrar nos llenó de gusto porque vimos que no nos equivocamos, que el impacto que tienen los niños al ver esto permite muchas ventajas. Recordemos que muchos niños deben volver al hospital, por ejemplo aquellos que reciben quimioterapias y están asustados; cuando las quimioterapias se les da en estos entornos con más facilidad regresan al hospital y tienen una actitud más receptiva», apuntó.

«Si bien no tengo el dato de cuánta gente se va a beneficiar, estamos seguros que van a ser cientos de niños porque varía mucho la ocupación hospitalaria pero sabemos que el material que dejamos ahí va a durar por mucho tiempo». (OMAR SOTO / EL HERALDO)