Jorge Eduardo Luna González: vivir entre la antigüedad y la historia 

Desde su infancia Jorge Eduardo Luna González desarrolló un peculiar gusto por los objetos antiguos que con el tiempo fue creciendo con una fascinación natural por la historia detrás de un mueble, juguete, cubierto, imagen religiosa o fotografía, a veces de cientos de años atrás, que encontraba en su camino.

«El coleccionismo y el gusto por las antigüedades lo tengo desde antes de los ocho años. Tengo mis primeras antigüedades de niño, siempre he tenido este gusto por las antigüedades. Desde esa edad temprana tuve verdaderas antigüedades, ya tenía ese gusto por ir más allá del mueble o de la imagen de arte sacro», compartió con EL HERALDO al recordar que sus primeros objetos antiguos fueron un pequeño baúl y una oleo copia realizada por el pintor Gonzalo Carrasco a finales del siglo 19.

«Viví en una familia tradicional, pero con eso del cuidado de todo lo que nos van heredando las personas y a lo que se le va teniendo cariño. Era una cultura que teníamos en la casa, yo me crie con mi abuela entonces me creó una cultura del cuidado de los muebles, de lo que tuviéramos para toda la vida», extendió.

Ya en su adultez, el originario de Parras llegó a Saltillo hace 21 años, cuando tenía 27, para fundar Casa Santa María de las Parras que además de funcionar como una tienda de compra y venta de antigüedades, museo y galería es su hogar.

«He emprendido en Saltillo este amor y la pasión por el arte, por la historia, esa es mi idea de siempre estar rescatando la historia para que las demás generaciones vayan aprendiendo de todo lo que ha acontecido sobre el arte».

AMANECER EN EL PASADO 

Cada mañana, Jorge Eduardo amanece en la habitación principal del antiguo inmueble sede de Casa Santa María que se asemeja a una de la realeza del siglo 16 con las esculturas, retratos, sillas fabricadas hace cientos de años y un elegante candil que decora el espacio.

«Yo disfruto cada rincón de la casa, cada rincón está decorado en su época, siglo 16, siglo 18, siglo 19, siglo 20 y 21. También tenemos esos espacios muy eclécticos, siento que amanezco en la época porfiriana o de los emperadores, hasta mis espacios más íntimos los muestro al público para que aprendan y tengan ese gusto de cómo decorar sus espacios. Me gusta amanecer cada época en mi casa, tenemos 16 habitaciones y faltan más espacios», comentó.

«Es bonito y apasionante estar en cada época y vivir. Las vajillas son también desde el siglo 19, la cubertería, la loza para el servicio, todo es de época y todo se usa. Mis invitados usan sus platos, sus tazas y utensilios en general de época. Aquí no hay nada moderno en cuestión de cubertería, de platos o vajillas, todo es de época», agregó.

SU SUSTENTO

En palabras del propio Luna González gracias al creciente gusto por las antigüedades entre la comunidad local y conocedores que visitan su vivienda para comprarle alguna pieza, ha podido vivir de su más grande pasión y alimentarla.

«De las antigüedades empecé a vivir ya un poco tarde porque nunca me quise desprender de lo que tenía, siempre era acumular y coleccionar, pero hubo un tiempo en que pensé ‘¿Con qué voy a comprar más? ‘Hay que tener una entrada de dinero para poder comprar muebles porque así como te puede costar mil pesos te puede costar 50 o 100 mil pesos por el valor histórico que eleva las antigüedades que son únicas», aseguró.

«Es ahí donde opté en poner la tienda-galería para seguir obteniendo ese mueble que muchas veces nadie lo tiene, pero tú sí y hay que tener dinero para poder hacerte de esa gran pieza. Yo vivo de esto, pero para darle mantenimiento a las piezas que tenemos en el área de museo como en el área de la galería», profundizó.

PRINCIPALES TESOROS 

Desde fotografías de Porfirio Díaz hasta el primer solideo (casquete que portan el Papa, los obispos y algunos eclesiásticos para cubrirse la cabeza) que utilizó Juan Pablo II cuando fue nombrado como Papa de la Iglesia Católica, son parte de las piezas más valiosas que él posee.

«En Santa María de las Parras tenemos piezas de muchos siglos atrás. Mi colección abarca desde el siglo 16 hasta el siglo 21. Nuestros espacios están decorados desde el siglo 16 hasta los años 60», platicó.

«Distingo cuando es una antigüedad según su textura, de qué época es, de qué está hecha y es donde saco una obra de arte o un mueble. Cuando voy a exposiciones tengo cuidado para detectar si es una pieza original, auténtica. Esto es lo maravilloso de siempre estudiar porque hay que agarrar libros de historia que es como se crea ese ojo clínico para obtener una buena pieza», precisó.

PLANIFICA MUSEOS  

Consciente de que algún día partirá de este mundo y para que después de eso su legado perdure, tiene entre sus planes a largo plazo la creación de museos en su tierra natal y en la capital coahuilense, en los cuales más personas puedan conocer su colección compuesta en total por alrededor de 7 mil piezas.

«Hasta el día en que me muera este va a ser mi gusto que se va a quedar para la historia tanto en Saltillo como en Parras. Esto quiero que quede para la historia, estoy hablando de que en algún momento voy a hacer museos aquí en Saltillo y en Parras, mi corazón está en los dos lados», mencionó.

«Ese es mi proyecto, dejar museos para que no se pierda nada de lo que contienen mis espacios. No me cansaré para que se haga realidad y la gente tenga más espacios de cultura», concluyó.

Casa Santa María de las Parras se ubica en Hidalgo 541, entre Lerdo y Múzquiz, Centro Histórico y puede visitarse de lunes a domingo de 2:00 de la tarde a 9:30 de la noche para recorrido o con la intención de adquirir algún artículo que se vende desde 100 pesos. (OMAR SOTO / EL HERALDO)