Vinculan a proceso a presuntos involucrados en secuestro de Marisa

 Este miércoles, la juez María Graciela Nava Ramos vinculó a proceso a Bryan «N», Abel «N», Edgar Alejandro «N» y Karen «N» por el delito de secuestro agravado, por recaer en la muerte de Marisa «N», cuyo cuerpo sin vida fue encontrado, el 10 de mayo de este 2021, en Galeana Nuevo, León.

Aunado a lo anterior, determinó que los acusados permanecerán en prisión preventiva hasta concluir el plazo de investigación fijado a cuatro meses respecto a la causa penal 845/2021.

HASTA 140 AÑOS DE CÁRCEL

En relación a este caso, la juez María Graciela Nava Ramos, quien ofreció una rueda de prensa en el Centro de Justicia Penal de Saltillo al concluir la audiencia de vinculación, aseveró que los imputados, de resultar culpables, alcanzarían de entre 80 a 140 años de cárcel, dependiendo del grado de su participación en este crimen.

«Esta pena está prevista en la ley, puede variar de acuerdo diversos factores que se analizan cuando se dicta una sentencia definitiva, una sentencia de condena y en una audiencia de invidualización de sanciones se ponderan diversos factores que no pueden ser los mismos para cada persona, como los móviles que tuvieron, si tuvieron alguna posibilidad de ajustar su conducta a la ley o no», mencionó para medios, María Graciela Nava Ramos.

CON PERSPECTIVA DE GÉNERO

A su vez, en dicha audiencia, la juzgadora solicitó a los agentes del Ministerio Público responsables de investigar estos hechos, que las indagatorias pertinentes se lleven a cabo tomando en consideración la perspectiva de género, tras comprobarse que Marisa fue objeto de abuso sexual, a bien de transformar las prácticas de aplicación e interpretación del derecho y actuar de una manera global sobre el conflicto jurídico.

«Advertí que la víctima es una mujer, además tenía más de 60 años, por lo tanto está considerada bajo dos grupos de vulnerabilidad, por edad y por género. Debido a ello y ateniendo que hay información que se plasmó en los registros o en la información que expuso el Ministerio Público, de que había datos de naturaleza sexual y que esto no formó parte de la investigación que se puso en conocimiento de esta juzgadora, tanto del hecho de la imputación como de los registros, exhorté al Ministerio Público a que continúe con su investigación pero que la realice bajo una perspectiva de género».

LOS HECHOS

De acuerdo a datos de investigación proporcionados por agentes del Ministerio Público, Marisa, de 64 años, fue sustraída por los primeros dos mencionados, el 7 de mayo, de su domicilio, en Residencial Fátima de Saltillo, siendo Karen «N», quien era su empleada doméstica, la que les dio acceso a su vivienda, donde la amarraron de pies y manos y cubrieron su boca con cinta adhesiva para colocarla en el asiento trasero de una camioneta de su propiedad.

Asimismo, indicaron que, previo a su deceso, la mujer fue abusada sexualmente en al menos dos ocasiones, por José «N», quien se encuentra prófugo de la justicia, en una casa del Ejido Puerto México, del citado municipio de Nuevo León, en donde Edgar Alejandro «N» y él, primos de Abel, la mantuvieron cautiva por tres días.

En cuanto a la causa de su muerte, la necropsia arrojó que fue por un shock hipovulémico derivado de una herida en el cuello con arma blanca, misma que le habría infringido José «N», la madrugada del 10 de mayo, en un predio del ejido citado, donde, en la misma fecha, fue encontrada sin vida por elementos policiales.

Inicialmente, Bryan y Abel robaron una pantalla y el celular de Marisa, antes de llevársela de su casa para trasladarse en la camioneta por el Bulevar Eulalio Gutiérrez y detenerse en la colonia Valle de las Flores, donde el primer sujeto bajó de la unidad con ambos artículos en su poder.

Después, José abordó la unidad que conducía Abel para movilizarse hasta Puerto México, donde los esperaba Edgar Alejandro «N». En el lugar, Abel sustrajo tarjetas bancarias de Marisa, quien tras ser amenazada, proporcionó sus claves de seguridad para utilizarlas, lo que derivó en que junto con Karen, su esposa, realizara movimientos como retiros de efectivo y compras en diversos establecimientos de la localidad, equivalentes a alrededor de 140 mil pesos. (OMAR SOTO / EL HERALDO)