Cómo la globalización beneficia a los consumidores

La globalización es un proceso que, técnicamente, comenzó con la revolución industrial en el siglo XIX, cuando se masificó y se automatizó la producción de bienes. Pero también se podría argumentar que dio inicio mucho antes, en 1492, cuando Colón llegó a América y abrió los horizontes de la percepción del mundo de los europeos.

Sin importar en qué momento se podría marcar el comienzo de este proceso que se va acelerando cada vez más, no se puede negar que estamos atravesando una época en la que la globalización está más desarrollada que nunca.

Empresas de todo el mundo compiten entre sí por darnos productos de mejor calidad a un precio más conveniente, así como también hay una mayor facilidad para acceder a un catálogo de productos mucho más amplio.

La globalización también se encuentra en el mundo virtual

Si bien parece bastante obvio que Internet es la máxima expresión de la globalización materializada, no fue hasta recién en el 2020 que se produjo una verdadera revolución en el concepto que los usuarios tienen al respecto de la web.

Por ejemplo, en lo que se relaciona con a la compra de productos a través de Internet, empresas como Amazon mejoraron la experiencia notablemente y permitieron conseguir prácticamente cualquier producto que se busque a un menor costo y en un plazo de tiempo muy corto.

Pero, esta evolución en la disponibilidad de productos virtuales se diversificó por todos los rubros, alcanzando también al software.

Por ejemplo, en lo que respecta a los casinos en línea, hay rankings online que dan como ganadores o que colocan en los primeros puestos a las plataformas de juego en línea, en comparación con los casinos tradicionales.

Esta ventaja de las plataformas virtuales sobre los casinos que están regulados por normas locales o nacionales se debe a que los casinos online tienen que ofrecer mejores productos para competir en todo el mundo. Por lo tanto, sus juegos y la dinámica de juego son mucho más dinámicos e interesantes.

El futuro de la globalización

Siguiendo el curso actual de los eventos, la globalización no hará más que crecer y expandirse a las regiones más apartadas del planeta. Esto se debe a que los mercados en expansión deben encontrar nuevos clientes constantemente que puedan comprar sus productos y contratar los servicios que ofrecen.

El siguiente paso que se está previendo sobre este proceso de globalización es la personalización y la oferta de experiencias completamente focalizadas para ciertos tipos específicos de clientes. Esto se debe a que las experiencias y los productos de fabricación masiva ya están disponibles de forma muy accesible para la mayoría de las personas en todo el mundo.

Por lo tanto, para poder diferenciarse de otras marcas y de otras empresas, las empresas modernas deberían ofrecer productos que puedan satisfacer necesidades cada vez más especializadas para sus consumidores. Así como también deberían mejorar sus productos para que puedan abarcar una gama de necesidades mucho más extensa.

Por su parte, también hay empresas que comenzarán a operar de forma local con un grado de personalización mucho más alto. De esta manera, es posible atender a las necesidades que tienen específicamente los clientes de una parte del mundo en concreto, a diferencia del resto del mundo.

Además, este proceso de subdivisión de las necesidades de los clientes permitirá mantener mucho mejor la diversidad cultural y no unificar a todo el mundo a través de un consumo vacío.

¿Hay críticas en contra de la globalización?

Por supuesto que frente a todo proceso de cambio, con la magnitud y con la velocidad de la globalización, las quejas se manifiestan de forma muy contundente. Sobre todo, se producen comentarios negativos sobre las consecuencias que podría tener un crecimiento tan masivo de la distribución de los productos de manera uniforme y de otros aspectos como la competencia empresarial desmedida.

Sin embargo, el balance final de la globalización es muy positivo, debido a que fomenta el intercambio de información en todo el mundo y les da más opciones para elegir a los consumidores, que son siempre quienes terminan teniendo la razón.

Asimismo, hay una mayor colaboración (aparte de la competencia natural entre las empresas), que permite mejorar tecnologías para ofrecer productos y servicios de mejor calidad.