PREGONERO | Juventud, divino tesoro

Juventud, divino tesoro

Rubén Darío, el poeta nicaragüense, tituló uno de sus poemas con una de las frases que le regaló a la lengua española y que en adelante se usaría entre los hispanos para añorar su juventud, o la de otros: juventud, divino tesoro.

Cuando uno se niega a dejar la juventud e insiste en verse chavo, es cuando ya se convierte en chavorruco, pero esperen, porque es cuando vienen las frases aquellas de: yo a tu edad…, cuando yo estaba chavo…, en mis años…, y otras más que hemos forjado y van apareciendo conforme se avanza en años.

Juventud, divino tesoro, ¡ya te vas para no volver!…

¿Recuerdan qué hacían a sus 14, 15, 17 o 18 años? Seguramente enviábamos cartas de amor escritas a mano a alguna chica o chico; jugábamos fútbol en las calles del barrio, o videojuegos con los primos y amigos.

La semana pasada, seis adolescentes, Jorge, de 14 años; Óscar, de 15; Diego y Héctor, de 17, y Gumaro y Jesús, de 18, fueron encontrados asesinados, luego de haber sido levantados por un grupo de la delincuencia organizada en Zacatecas. Las autoridades encontraron los cuerpos luego de encontrar a otros dos adolescentes, de 15 y 16 años, que presuntamente trabajaban para otro grupo delincuencial.

El hecho recordó a lo acontecido en agosto en Lagos de Moreno, en Jalisco, en donde cinco jóvenes de entre 19 y 22 años desaparecieron, y hasta la fecha no se tiene rastro alguno de su paradero.

En Saltillo, las últimas semanas se han presentado riñas en diversas colonias, al calor del alcohol y las drogas, en la mayoría de los casos son jóvenes los que participan, como los 60 que pelearon en la Bellavista el pasado domingo 24 de septiembre.

Ese mismo día, pero en Ramos Arizpe, en otra pelea entre chavos, una joven de 25 años fue asesinada al ser atropellada por un sujeto que ya se encuentra detenido.

Allá mismo, en Ramos Arizpe, un adolescente de 16 años perdió la vida al participar en una riña.

En Saltillo, el jueves un menor de 14 años que conducía su motocicleta a exceso de velocidad por la Zona Centro, terminó por llevarse de encuentro a un hombre que tuvo que ser trasladado a un hospital.

De acuerdo con el INEGI, en 2022 el homicidio fue la principal causa de muerte entre adolescentes, jóvenes y chavorrucos. En el 70 por ciento de los 32 mil 223 homicidios registrados el año pasado en el país, la víctima tenía entre 15 y 44 años.

Es urgente que se atienda a la juventud del país, que las dependencias encargadas de ello trabajen más en acercarse a los polígonos donde verdaderamente se necesita el apoyo y no se queden solo en los que pertenecen a tal o cual partido político. Que quienes los dirigen no se avienten tres o seis años nadando de muertito y entregando condones, sino que lleguen a donde la juventud necesita atención.

No se trata sólo de envolverlos con programas sociales clientelares y darles dinero, sino de encausar sus ideas y su valor. De escucharlos y atender la salud mental.

Sobre todo, al interior de las familias los padres deben no descuidar lo que sus hijos hacen, sus círculos cercanos de convivencia y crear un espacio seguro en cada hogar.

Entre mis muchas anécdotas, hay algunas tristes. Vi crecer a dos niños que terminaron en las garras del narco con el pasar de los años, la valentía de la adolescencia los llevó a quererse comer el falso mundo que ese ambiente ofrece. Jóvenes aún terminaron por perecer entre esas garras…

Juventud, divino tesoro, ¡te fuiste para no volver! Cuando quiero llorar, no lloro, y a veces lloro sin querer…

 

Autor

José Torres Anguiano
José Torres Anguiano
Reportero Multimedia. Periodista de barrio y contador de historias apasionantes.
Premio Nacional de Comunicación "José Pagés Llergo" 2017.
Premio Estatal de Periodismo 2015, 2016, 2017 y 2018.
Premio de Periodismo Cultural UAdeC 2016, 2018, 2021 y 2023.