CAPITALES

México brillante: La revolución silenciosa del hidrógeno verde

El panorama energético global está experimentando una transformación sin precedentes hacia fuentes de energía más limpias y sostenibles. En este contexto, el hidrógeno verde ha surgido como un pilar fundamental en la transición hacia una economía baja en carbono. México, cuenta con un vasto potencial solar y eólico, y se encuentra en una posición estratégica para capitalizar esta revolución energética. Aunque actualmente el hidrógeno verde no se produce a gran escala en México, el país está demostrando un creciente interés y compromiso hacia su desarrollo. La Asociación Mexicana de Hidrógeno (AMH) señala la existencia de al menos 15 proyectos en desarrollo con una inversión total de 20 mil millones de dólares. Estos proyectos representan no solo una oportunidad económica significativa, sino también un paso crucial hacia la mitigación de emisiones contaminantes.

Uno de los proyectos destacados es el liderado por Copenhagen Infrastructure Partners, que destinará 10 mil millones de dólares a un proyecto de hidrógeno verde en Oaxaca. Esta iniciativa, dirigida a reemplazar el uso de combustibles fósiles en el transporte marítimo, subraya el compromiso del país con la descarbonización de sectores clave de la economía. Otro actor importante en este escenario es la empresa francesa HDF, que planea invertir 2.5 mil millones de dólares en siete proyectos de hidrógeno verde entre 2024 y 2030. Estas inversiones no solo impulsarán la capacidad de producción de hidrógeno verde en México, sino que también generarán empleos y fomentarán la innovación tecnológica en el país.

El potencial de México como productor de hidrógeno verde se ve respaldado por su abundante recurso solar y eólico. Con altos niveles de irradiación solar y vientos favorables en el sur del país, México tiene todos los elementos necesarios para convertirse en un líder regional en la producción de esta energía limpia y renovable. Uno de los sectores clave que se beneficiará de esta transición es el transporte pesado. Con el hidrógeno verde, los vehículos de carga pueden reducir su dependencia de combustibles fósiles, disminuyendo así su huella ambiental. Esto no solo contribuye a la lucha contra el cambio climático, sino que también abre nuevas oportunidades de negocio y empleo en el sector del transporte.

La visión a largo plazo incluye el desarrollo de motores de combustión interna impulsados por hidrógeno (H2-ICE), que podrían ser una realidad en el mercado mexicano para el año 2027. Empresas como Cummins están trabajando en esta tecnología, lo que podría revolucionar la industria del transporte en el país. A nivel global, el mercado de hidrógeno limpio está experimentando un crecimiento exponencial. Proyectos a gran escala están surgiendo en todo el mundo, con una inversión total que se estima en 320 mil millones de dólares para 2030. Este crecimiento está impulsado por la creciente demanda de energía limpia y la necesidad de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.

Para que México aproveche plenamente este potencial, es fundamental establecer políticas y regulaciones claras que fomenten la inversión en hidrógeno verde. Incentivos económicos, acuerdos de cooperación para la transferencia de tecnologías y el fortalecimiento del Estado de Derecho son aspectos clave que deben abordarse para crear un entorno propicio para el crecimiento de esta industria.

Hoy por hoy, el hidrógeno verde representa una oportunidad única para México no solo en términos económicos, sino también en su camino hacia la sostenibilidad ambiental. Con una combinación de recursos naturales abundantes, proyectos ambiciosos y un marco regulatorio adecuado, México puede convertirse en un líder regional en la producción y utilización de hidrógeno verde, contribuyendo así a la lucha global contra el cambio climático y promoviendo un desarrollo económico sostenible.

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El Heraldo de Saltillo
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