Estrategia de “abrazos y no balazos” no funciona: obispo de Saltillo

Hilario González suma su voz a la del Obispo de Apatzingán, quien el domingo dijo que en lugar de celebrar su victoria, AMLO debería decretar un día de luto nacional por las víctimas de la violencia durante su sexenio

 Tras las críticas que el obispo de Apatzingán, Michoacán, Cristóbal Ascencio García lanzó el pasado domingo en contra del presidente Andrés Manuel López Obrador, a quien pidió que en lugar de la celebración por el quinto aniversario de su triunfo electoral en el Zócalo capitalino, se debería celebrar un día de “duelo nacional” por las víctimas de la violencia ocurrida durante su sexenio, este lunes el obispo de Saltillo, Hilario González, cuestionó la estrategia de “abrazos y no balazos” defendida por el gobierno federal.

Al lamentar que gran parte de México se encuentra inmerso en una ola de violencia, que se ha traducido en flagelos sociales como muertes y desapariciones forzadas, el obispo de la Diócesis de Saltillo, Hilario González García, consideró que la estrategia de «abrazos no balazos» planteada por López, Obrador no ha funcionado para erradicar este negativo panorama en la mayoría de los estados.

«El Gobierno federal no ha encontrado la manera de contrarrestar esto, desde aquellas frases de los abrazos, besos, no balazos, falta otro tipo de abrazos, los abrazos que someten, los abrazos que contienen al que agrede; no solamente abrazos de cariño, de no pasa nada», dijo el obispo.

«Hay esta situación de pérdida, de muertes, de desaparecidos, de violencia (…). No podemos ser ciegos pensando que todo ha sido positivo, hay que ser equilibrados», agregó.

Monseñor Hilario recordó que desde inicio de este 2023, los obispos de México, a través de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), han extendido al Gobierno Federal el llamado para que actúe con firmeza ante quienes atentan contra la paz y tranquilidad de los ciudadanos, a fin de encauzar la estrategia de seguridad hacia resultados que posibiliten estos aspectos.

«Los obispos hemos estado pidiendo la revisión de esa política, la revisión de cómo se está trabajando la seguridad pública e involucrar más a la sociedad civil para que se pueda resolver de la mejor manera, con la participación de todos», externó.

En contraste, reconoció que en Coahuila se vive un clima de seguridad, lo que, auguró, continuará si como sociedad se privilegian los valores familiares, la educación, respeto a las leyes y productiva organización social.

«Debemos estar agradecidos de que llevamos una vida tranquila, no tenemos esa situación. Si la sociedad civil de Coahuila y de las grandes ciudades nos organizamos bien y seguimos respetando el derecho, las leyes, seguimos siendo solidarios, seguimos cuidando los valores de la familia, la escuela, la empresa, la sociedad». (OMAR SOTO)