Probable que nuevamente se forme campamento de extranjeros afuera de la Casa del Migrante

Tras alto flujo de solicitantes de alojamiento

Al reportar que desde hace dos meses la Casa del Migrante en Saltillo opera a su máxima capacidad de alojamiento por lo que no se encuentra en condiciones de dar ingreso a más solicitantes pese a la alta demanda de ciudadanos extranjeros que buscan refugio, Alberto Xicoténcatl Carrasco, director de esta organización, no descartó que por su alta afluencia se forme un campamento de migrantes a las afueras de su sede como el que se instaló con 30 personas desde diciembre del 2020 y se mantuvo hasta mediados de enero de este 2021.

«Seguimos saturados, todos los días hay gente que ya no alcanza a ingresar porque no tenemos lugares suficientes. Llevamos ya aproximadamente dos meses que ya estamos rebasados. La gente de repente pasa varios días afuera de la Casa del Migrante», comentó para EL HERALDO.

«Hasta el momento no hemos tenido la presencia de carpas ni de campamentos, la gente que no alcanza a ingresar se queda a dormir afuera y sigue su recorrido. Ojalá que no suceda porque cuando eso pasa se convierte en una situación conflictiva con los vecinos, tenemos personas que se molestan, que no los quieren ahí porque evidentemente el vivir en la calle causa muchas molestias porque la gente no limpia», ahondó.

Cabe recordar que el citado campamento se mantuvo en las inmediaciones de la Casa del Migrante durante un mes, hasta que el 18 de enero se retiró luego de que elementos de la Policía Municipal y representantes de la Dirección General de Derechos Humanos de Coahuila y Comisión de los Derechos Humanos de Coahuila exhortaran a los migrantes a retirarse.

Lo anterior ya que su estancia al exterior de este inmueble representó una falta al reglamento municipal que estipula que ninguna persona puede vivir en la vía pública, independientemente de su nacionalidad, y un riesgo sanitario para los vecinos de la colonia Landín donde se ubica esta Casa, quienes entonces reportaron que los migrantes hacían sus necesidades fisiológicas en las banquetas cercanas a domicilios y que incluso en algunos casos ingerían bebidas alcohólicas en la vía pública. (OMAR SOTO / EL HERALDO)