CAFÉ POLÍTICO

 

PERMISOS PROVISIONALES DE ALCOHOLES

Ya ni la muele el gobierno municipal que tiene como jefe político a Jorge Zermeño. Es que la administración municipal de Torreón -como es costumbre- busca sacar provecho de la desgracia ajena. Se trata de ganar dinero a como dé lugar; al fin gobierno recaudatorio. A la administración de Jorge no le importó que entramos a la Fase 3 del Coronavirus COVID-19,  que es la fase en que nos podemos infectar en cualquier parte sin saber dónde adquirimos la enfermedad. O sea, se nos pone más difícil a todos porque los enfermos y contagiados crecen de manera exponencial. Pero ello no fue impedimento para que el noveno regidor panista David Moreno Sáenz, haya firmado permisos provisionales de alcoholes para que cantinas, antros de vicio y lupanares continúen vendiendo bebidas alcohólicos a contertulios que se siguen dando cita –irresponsablemente– en esos centros de vicio. Para muestra dos botones: uno de ellos es Ciriaco de Hidalgo casi esquina con calle 8; y el Panza Fría de avenida Abasolo casi esquina con calle 10. Esos lupanares están a todo lo que da, llenos de gente a reventar y ni quien les diga nada. Aguas porque esos dos antros son potenciales focos de infección.

 

MORENO SÁENZ, PÉSIMO FUNCIONARIO

Cabe destacar que varios de los casi 500 permisos patito que ha otorgado Moreno Sáenz (mucha lana, bastante lana) que, dicho sea de paso, es presidente de la Comisión de Inspección y Verificación y Protección Civil, son para negocios disfrazados como restaurantes bar cuando solo tienen a la “carta” nachos, palomitas y hot-dog; y en la cocina un horno de microondas y listo. Ahora bien, el medio millar de licencias son los que ha firmado el osado y temerario regidor. Estos permisos brindan amparo hasta por 30 días con opción a renovarse las veces que sea necesario a favor de los negocios que buscan sacar ventaja de las restricciones que marca la contingencia sanitaria. Con este otro enjuague es obvio que poco le importa a la administración municipal la salud de los torreonense, porque saben de antemano que negocios como cantinas en donde se reúnen muchas personas, prácticamente son un foco de infección epidemiologia para que el virus se propague fácilmente. Carajo; a la administración municipal no le importa tener cantinas abiertas ya que la prioridad para ellos es sacar dinero hasta por debajo de las piedras. Sin duda, para el gobierno municipal primero es cobrar y después cuidar.

 

QUE IRRESPONSABILIDAD

Por cierto, el alcalde tuvo la ocurrencia de decir que todos los empleados de presidencia municipal deben regresar a sus labores el próximo lunes 20 de abril. Es decir, cuando la Fase 3 de la emergencia sanitaria esté a todo lo que da. Vamos, la 3 es la Fase más amenazadora, temible y complicada para todo mundo; por lo que no entendemos porque Jorge dijo eso. Que alguien le explique por favor, que alguien lo asesore, que alguien lo couche para bien de todos porque no se entiende de otra forma tanta metida de pata. Por si fuese poco, colonos que tienen sus casas en unidades habitacionales populares y paupérrimas, se han quejado de que a ellos no les han dado despensas que viene entregando la Dirección General de Desarrollo Social Municipal. Las colonias afectadas son bastantes, y están conformadas por sectores de priistas y panistas que se han quedado como el chinito: “nomás milando”. Como que no se vale.

 

UN CAMPÉON SIN CORONA

El miércoles renunciaron al doctor Javier Dorantes Monsivais de la dirección del Hospital General de Torreón. Javier venía desatacando un importante y sólido trabajo al frente del hospital, lo que generó celos allá arriba en la Secretaría de Salud que tiene como jefazo al Dr. Roberto Bernal, y como Director Administrativo a Víctor Rodríguez, quien finalmente fue el que le dio cuello; el que le cortó la cabeza. Fueron tantas las envidias y resentimientos en contra de Javier, que tuvieron que decirle que se iba porque no aceptaba en su nosocomio a personas infectadas de COVID-19 de San Pedro y de Madero; cosa que es falso de toda falsedad. Huelga decir que Dorantes siempre ha sido un médico entregado a su noble profesión y en las áreas en que ha estado, ha sido garantía. Además de atender pacientes, Javier también se dedicó a conseguir –puerta por puerta–, insumos y material médico para el hospital. El hoy defenestrado se queja de que le dieron poco o nulo apoyo por parte de la Dirección Administrativa (Víctor Rodríguez) para hacerlo tronar. Comenta que no tenía medicamento y que carecía de materiales para la más mínima atención a los pacientes, por lo que tuvo que redoblar esfuerzos durante año y medio. Y vaya que salió adelante con el hospital. Inopinadamente y contrario a lo que marca el sentido común, Javier fue cesado en plena pandemia del COVID-19, lo que mancha la indiscutible y excelente labor que ha venido desplegando el gobernador Miguel Riquelme.

 

POR “NO HABERSE LAVADO LAS MANOS”.

El secretario general del Sindicato Nacional de Trabajadores del Seguro Social, Sección XII del Estado de Coahuila, Alejandro Cantú López, se voló la barda al culpar al personal médico de Monclova por la crisis sanitaria del Coronavirus, disque por el simple hecho de “no haberse lavado las manos”. Estas declaraciones tan desafortunadas puso de manifiesto el problema más grave que padece el IMSS que es la desconexión total de la realidad y la falta de preparación de sus funcionarios. Cabe destacar que el personal médico de Monclovita la Bella se enfureció tanto ante el gracejo y bufonada del líder sindical, que de inmediato exigieron su renuncia de este pésimo funcionario que desde que llegó a la cima sindical del sector salud en el estado, no ha hecho más que regarla de a feo a la hora de enfrentar las múltiples necesidades y carencias que viven a diario el personal encargado de la sanidad e higiene de los pacientes. Y lo que son las cosas; actualmente Cantú López se encuentra en cuarentena por posible contagio de COVID-19 contraído allá mismo en  Monclova. Dios le ha de ayudar.