Aunque se expresa de formas diferentes en cada especie, la maternidad entre mamíferos tiene factores en común, que al analizarlos pueden brindar pistas de los mecanismos involucrados
Tlaxcala, Tlaxcala.- Los conejos son animales con peculiaridades que los distinguen de otras especies, por ejemplo, las hembras construyen una madriguera exclusiva para el parto, se encargan del cuidado de las crías y las amamantan una vez al día, a la misma hora, por tres minutos, esto los vuelve un modelo útil en el estudio de temas específicos en neurobiología, como la conducta maternal.
Gabriela González-Mariscal Muriel, adscrita al Laboratorio de Biología de la Reproducción del Cinvestav, ubicado en Tlaxcala, trabaja con modelos animales, entre ellos los conejos, con la idea de identificar procesos comunes del funcionamiento del cerebro de los mamíferos.
En el caso del comportamiento maternal, si bien es distinto en cada especie, en términos de cómo se expresa hacia los críos (la periodicidad y la duración del amamantamiento, por ejemplo) los mamíferos tienen en común, incluido el humano, que las hembras dependen de la oxitocina, un péptido sintetizado en una región del cerebro llamada hipotálamo, para estimular la secreción de leche.
“La oxitocina se libera durante el amamantamiento, el parto y también promueve la interacción madre-críos, aunque existe evidencia que respalda su participación en la regulación del comportamiento maternal en mamíferos, no se ha explorado directamente su papel en el inicio y mantenimiento del mismo, por ello comenzamos un estudio al respecto”, señaló la investigadora.
Para lo anterior fue empleado un enfoque farmacológico que consistió en administrar una molécula capaz de bloquear a los receptores de oxitocina en el cerebro, con el fin de evaluar si se abatía el comportamiento maternal de las conejas, tanto en hembras con experiencia como en primerizas.
Los resultados del estudio fueron publicados en el Journal of Neuroendocrinology e indican que no se alteraron significativamente las conductas relacionadas con el comportamiento maternal de la coneja, como la construcción del nido, el tiempo dedicado a amamantar o la cantidad de leche producida, entre otras.
De acuerdo con la especialista en reproducción y bienestar animal, la información obtenida no respalda el papel de oxitocina, como único factor, en el inicio y el mantenimiento del comportamiento maternal en las conejas. “Una posible explicación es que este comienza desde los primeros días de gestación y aunque la administración de la molécula para bloquear a los receptores de oxitocina fue antes del parto, en el cerebro ya se habían echado a andar diversos mecanismos”, indicó.
Esto hace necesario investigar si la oxitocina participa en aspectos adicionales del comportamiento maternal, como son la defensa del nido y la periodicidad circadiana (cada 24 horas) de la lactancia, los cuales no fueron abordados en el estudio. En especial porque estos resultados y los publicados recientemente por otros grupos de investigación apuntan a que el péptido en cuestión puede fungir como un evaluador de riesgos.
En cuanto a la metodología, la investigación se realizó con conejas blancas de Nueva Zelanda, 27 hembras con experiencia (embarazo, parto y lactancia) y 39 primerizas. La molécula para bloquear a los receptores de oxitocina (antagonista) se aplicó en diversas dosis a partir del día 29 de gestación y hasta el tercer día de lactancia.
La administración del antagonista selectivo del receptor de oxitocina fue vía inyección en uno de los ventrículos laterales del cerebro, cercano a este se encuentra el núcleo paraventricular, el cual contiene gran cantidad de neuronas productoras de este péptido y además está conectado con diferentes sitios del cerebro; dicha estrategia ha sido utilizada en otros mamíferos.
Es relevante señalar que antes de la evaluación de la conducta maternal se empleó la autorradiografía competitiva en tejido cerebral de conejas, un método útil para determinar que el antagonista empleado es afín y selectivo a los receptores de oxitocina; es decir, en efecto los boquea.
Finalmente, González-Mariscal Muriel, investigadora Emérita en el Sistema Nacional de Investigadores, destacó que durante el estudio el cuidado de las conejas se apegó a la Norma Oficial Mexicana NOM-062-ZOO-1999, la cual señala las especificaciones técnicas para la producción, cuidado y uso de animales de laboratorio. (CINVESTAV)
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