Los espacios verdes urbanos desempeñan un papel fundamental en el bienestar de los ciudadanos que los visitan para relajarse, realizar actividades de ocio, sociales y deportivas. Pero, ¿qué ocurre cuando es imposible visitarlos?
El año 2020 nos trajo una situación sin precedentes debido a la pandemia del COVID-19. En muchos países, la población se vio obligada a permanecer confinada en sus viviendas durante largos periodos de tiempo. Esto influyó en el estado anímico de las personas, que tenían que mantenerse en espacios interiores durante semanas. Según publicó El Financiero.
Se sabe que la exposición de los seres humanos a la naturaleza aporta beneficios psicológicos. El contacto físico y visual con las plantas incrementa los comportamientos positivos y ayuda a reducir las emociones negativas como la ira, el miedo o el estrés, atenuando la fatiga mental.
Pero parece haber una conexión implícita entre naturaleza y los espacios exteriores que deriva en una menor atención prestada a la vegetación en los interiores.
Precisamente, la inclusión de plantas dentro de las estancias ayuda a conectar a las personas con los entornos naturales. De esta forma se inducen cambios cognitivos y emocionales positivos que tienen un impacto beneficioso en el nivel de estrés, la salud y el bienestar.
Tener plantas en casa durante el confinamiento
Un estudio internacional ha confirmado que la presencia de plantas en los hogares influyó positivamente en el bienestar emocional de la población durante el primer periodo de confinamiento debido a la pandemia. Este trabajo fue coordinado por miembros del Grupo de investigación de Naturación Urbana e Ingeniería de Biosistemas de la Escuela de Ingeniería Agronómica (Universidad de Sevilla).
En él, también se evaluaron las preferencias en relación a la cantidad de vegetación que se desea tener en las viviendas, así como su tipología. Igualmente, se detectó cómo la crisis sanitaria está afectando el cambio de percepción con respecto a tener plantas en el hogar.
Una gran mayoría de los más de 4 mil 200 encuestados estuvo de acuerdo en que tener vegetación en sus viviendas contribuyó positivamente a su estado de ánimo durante el periodo de confinamiento por el COVID-19. También manifestaron haber hecho un uso más habitual de los espacios al aire libre de sus casas (balcones, terrazas, patios, etc) para cultivar sus plantas.
Más de la mitad afirmó que hubiera preferido tener más vegetación en su casa durante el confinamiento. En este sentido, los resultados mostraron una clara preferencia por tener plantas en el exterior de las viviendas en lugar de en el interior. De hecho, un gran número de participantes no tenía ninguna planta o muy pocas en el interior de su casa, mientras que más de la mitad tenían muchas en el exterior (en balcones y terrazas, por ejemplo).
Sin embargo, los resultados del estudio mostraron que la frecuencia con la que los participantes exhibían emociones negativas era mayor si no tenían plantas en el interior de sus viviendas. Por el contrario, el contar con ellas en el exterior no tenía casi influencia en su estado anímico.
La ausencia de posibilidades de realizar actividades fuera de casa repercutió en el hecho de tener más tiempo ocioso y en la necesidad de buscar ocupaciones. De este modo, algo más de la mitad de los encuestados dijo dedicar más tiempo al cuidado de las plantas en casa durante el periodo de confinamiento.
Esto parece que ha influido en un cambio en la perspectiva de tener vegetación en sus hogares. En este estudio, el 40 por ciento de los participantes señaló que había aumentado su motivación para tener más plantas en el interior de sus viviendas. Complementariamente, casi dos tercios expresó su deseo de dedicar más tiempo a su cuidado una vez que se retomara la normalidad.
La teoría de la biofilia defiende que el ser humano tiene preferencia por interactuar en un entorno natural como consecuencia de nuestro curso evolutivo. Numerosos estudios lo han confirmado, concluyendo que el contacto y la interacción de los humanos con la naturaleza tiene un impacto positivo en su salud y bienestar.
El 90 por ciento de los encuestados se mostró fuertemente a favor de la necesidad de espacios verdes abiertos para su bienestar psicológico. Para ellos, los beneficios psicológicos parecían estar vinculados no solo a la presencia de vegetación, sino también a una combinación de factores. De este modo, la posibilidad de hacer ejercicio en espacios abiertos, disfrutar del aire fresco y relajarse o conectar con otras personas es ampliamente valorada.
En cualquier caso, esta difícil época en la que nos hemos visto obligados a pasar aún más tiempo en espacios interiores nos ha hecho reflexionar sobre la importancia de introducir la vegetación en el interior de los edificios.
De este modo, la presencia de plantas en ellos no solo influye en el estado anímico de sus ocupantes, sino que también aporta otros beneficios, como la mejora de la calidad del aire interior, puesto que la vegetación fija contaminantes. Igualmente contribuyen a conseguir espacios estéticamente más atractivos. (EL FINANCIERO)
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