En la mañanera del pasado 9 de junio, el presidente Manuel Andrés López Obrador hizo público un informe confidencial, que, según se dijo, llegó de manera anónima a Palacio Nacional.
A solicitud del presidente, el coordinador general de Comunicación Social de la Presidencia, Jesús Ramírez, leyó el documento que llegó a Palacio Nacional, una versión ejecutiva de una estrategia que se realiza en contra de la actual administración. Proyecto BOA, lo llamó, donde se pretende formalizar un grupo opositor que logre quitarle curules a Morena en las elecciones de 2021 y desterrar al mandatario del poder en el 2022 con la revocación de mandato.
En documento parte de la premisa de que a un año de las elecciones federales y locales el Presidente mantiene aceptación arriba del 50 por ciento, y Morena, aunque ha perdido terreno, se proyecta como la primera fuerza en San Lázaro y al menos en 10 de las 15 gubernaturas a renovarse en el 2021.
Sin embargo, plantea, “es posible desplazar a Morena en las elecciones federales y locales si se aplica una estrategia en dos frentes. Por un lado, potenciar las debilidades y limitaciones de Morena como partido en el gobierno, malas administraciones locales, pugnas internas, alejado del Presidente”.
Por otro lado, “conformar un bloque opositor amplio donde participen: PAN, PRI, PRD, MC, México Libre, gobernadores, alcaldes de las principales ciudades, grupos empresariales locales, medios de comunicación y comunicadores afines, redes sociales y miembros de la sociedad civil”.
Al parecer el documento nació huérfano, pues una vez dado a conocer nadie reconoció la paternidad del mismo, ni el dueño de la computadora donde dicen se tecleó.
Lo cierto es que nada tendría de malo que tanto partidos como miembros de la sociedad civil se reunieran para revisar y analizar la actualidad política y para planear modificarla, un documento de ese tipo no tendría por qué llamar la atención a nadie, ese debería de ser el trabajo y naturaleza de los partidos políticos. Pero nadie lo reivindicó así es que se quedó en el mundo de las especulaciones.
A lo que sí da pie es a ver cómo vamos en materia de la próxima contienda federal donde se elegirán diputados federales. Tal vez estamos adelantándonos, pero el tema lo sacó el presidente y ni modo de no tratarlo.
Según la última encuesta de Consulta Mitofsky, en el mes de mayo, el partido Morena se encontraba adelante de las preferencias electorales para diputado federal con 25.5 puntos, seguido por el PAN con 15.1, los que dicen que votarán por un candidato independiente 9.7 y el PRI 6.9 .
Una anotación interesante, que hace el mismo Roy Campos, jefe de Consulta Mitofsky, es que en diciembre del año pasado, Morena contaba con 32.3 puntos en las preferencias, lo que implica una caída de siete puntos, mismos que no se reflejan en el incremento de los otros partidos, sino que esos siete puntos pasaron de Morena al rubro de no declara o no contesta.
La principal explicación de la caída de Morena sin lugar a duda está relacionada con la disminución en la aprobación del presidente López Obrador, es su reflejo. Sin embargo, quienes ya no están de acuerdo con Morena no han sido convencidos por los otros partidos, visto esto de manera general en el país.
Así es como aparece la fotografía de estas fechas, por supuesto que solo refleja este momento y se debe ser enfático en ello en aras del rigor.
Faltan aun más elementos de análisis, por ejemplo, cuál será la evaluación que harán los ciudadanos sobre el comportamiento tanto del presidente como gobernadores y alcaldes en la coyuntura de la crisis de salud y económica derivada de la expansión del COVID-19 y sus secuelas.
Será necesario contemplar temas que ya hemos citado anteriormente, como la desigualdad económica. Para el cierre de 2020 se considera que 47.8 de cada 100 mexicanos serán pobres y 15.9 de cada 100 se encontrarán en pobreza extrema (jornada.com.mx). Con dichos indicadores el país estaría al frente de la ampliación de la desigualdad, que es la principal fuente de polarización de la sociedad.
Además del problema del desempleo que se le viene a sumar el derivado de la actual coyuntura: durante el pasado mes de abril, 12 millones de personas dejaron de trabajar o de buscar empleo por efectos de la pandemia, según reveló la primera Encuesta Telefónica de Ocupación y Empleo (ETOE) elaborada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) (forbes.com.mx).
Sin dejar de lado, ahora sí, las estrategias de los partidos, que seguramente se definirán también considerando su propia sobrevivencia, tomando en cuenta, entre otras cosas, la debilidad de las lealtades políticas reflejada en el creciente número de votantes apartidistas: el cúmulo importante del electorado que se declara sin identidad partidista.
José Vega Bautista
@Pepevegasicilia
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