La calidad de la educación de un niño nacido en un país rico depende de factores que están fuera de su control o el de sus padres, como el nivel socioeconómico o la lengua materna, reveló un estudio divulgado este martes por el Fondo de la ONU para la Infancia.
Un nuevo índice elaborado por UNICEF mostró que vivir en una de las principales economías del mundo no garantiza un acceso igualitario a la educación de calidad y que los niños de países menos ricos a menudo tienen un mejor desempeño escolar pese a contar con menos recursos.
El informe clasifica a 41 países de la Unión Europea y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) según las inequidades educativas en los niveles preescolar, primario y secundario.
El ranking toma en cuenta la relación entre los logros académicos de los niños y factores que incluyen la ocupación de los padres, los antecedentes migratorios, el género y las características de las escuelas.
La doctora Priscilla Idele, directora de Innocenti, el Centro de Investigación de UNICEF, consideró que los países desarrollados podrían ofrecer a sus niños altos estándares educativos y equidad para acceder a ellos.
“Pero todos los países ricos pueden y deben hacer mucho más para que los niños de las familias desfavorecidas no se queden atrás”, enfatizó.
Diversos niveles de desigualdad
El estudio señala que los países tienen diferentes niveles de desigualdad en las distintas etapas educativas. Por ejemplo, Irlanda y Eslovenia son los más bajos en los registros preescolares, pero mejoran a una escala media en la educación primaria y destacan entre los diez mejores en la secundaria. En cambio, el caso de Francia es opuesto con un muy alto nivel de preescolar y muy bajo en secundaria.
De acuerdo con UNICEF, el país con menos desigualdad en los tres niveles educativos estudiados es Letonia.
En 16 de los 29 países europeos de los que se tienen datos, los niños del segmento más pobre de la población asisten menos al preescolar que los niños más ricos y la tendencia persiste durante toda su vida escolar. Además, entre los niños de 15 años con mejor desempeño académico, los más proclives a continuar estudiando son los hijos de adultos con buenos empleos.
Por otra parte, en 21 de los 25 países con mayores niveles de inmigración, los adolescentes de 15 años de la primera generación tienden a tener un desempeño educativo más bajo que los hijos de no inmigrantes. Sin embargo, en Australia y Canadá el desempeño de los niños de segunda generación de inmigrantes supera al de los no inmigrantes.
El informe sostiene que es esencial que todos los niños tengan un acceso justo e igualitario a los sistemas educativos y recomienda la elaboración de políticas para garantizar una educación de calidad. (ONU NOTICIAS)
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