A LA BÁSCULA

JULIÁN PARRA IBARRA 

¿Y si salta la liebre? 

Cuando Luis Fernando Salazar anunció su decisión de dejar su curul en el Senado de la República para buscar la candidatura del PAN a la alcaldía de Torreón en la elección del 1 de julio próximo, en el PRI a más de uno se le dibujó una sonrisa en el rostro, porque consideraban que con él como candidato blanquiazul, había muchas posibilidades de recuperar el municipio para el tricolor, sobre todo porque suponían una lucha intestina y despiadada al interior del panismo, que los dejaría maltrechos para la constitucional.

Sin embargo, su nuevo anuncio de que se bajaba de la competencia y apoyaría la candidatura de Jorge Zermeño Infante para que éste busque la reelección, envió a los aspirinos tricolores la señal de ‘todos quietos’ en las bases.

Algunos como Miguel Mery y Shamir Fernández ya estaban formados en la fila de registros tricolores para la candidatura a la alcaldía torreonense. Tanto el ex candidato como el (todavía) dirigente municipal del PRI, buscan ahora la candidatura para contender por el 6° Distrito Electoral –actualmente 5° y representado por Flor Rentería- donde, suponen, no tendrán problemas para lograr el triunfo en una zona –Torreón oriente, Matamoros y Viesca- que siempre ha sido fiel a los colores del priismo.

Si bien en el PRI la candidatura a la alcaldía de Torreón no es en este momento motivo de disputa, sí lo son las diputaciones; en lo cortito, en los pasillos y en lo oscurito, los priistas siguen mascullando la derrota en las pasadas elecciones, e insisten en que sean exhibidos públicamente y sancionados, los responsables de haber perdido la alcaldía y los distritos con cabecera en Torreón, y pusieron en riesgo el triunfo de su candidato a la gubernatura.

Los priistas piden que sean llamados a cuentas tanto el presidente del Comité Municipal del PRI, Shamir Fernández Hernández, y quien al momento de la elección ostentaba el título no escrito de ‘primer priista del municipio’, el alcalde interino Jorge Luis Morán. Algo dejaron de hacer o hicieron muy mal estos dos personajes, para que el tricolor haya obtenido los resultados que tuvo en la jornada comicial del 4 de junio pasado, y que además de tener con el ‘Jesús en la boca’ el resultado de la gubernatura, la pérdida de los cuatro distritos torreonenses provocó que el gobernador Miguel Ángel Riquelme no tenga la mayoría en el Congreso.

¿Y qué ha pasado con quienes debieron haber garantizado un triunfo sin sobresaltos en el municipio del que procedía como alcalde el actual mandatario coahuilense? Que a ambos se les menciona en los mentideros políticos como posibles futuros funcionarios del gabinete estatal, y al dirigente partidista hasta en la lucha interna por alcanzar la candidatura a la diputación federal por el 6° Distrito. Eso, consideran mucho, es premiar a la ineptitud y hasta la falta de lealtad a su partido.

Además, por muchas razones, se considera que, por la ascendencia que tiene tanto en Torreón, pero más en Matamoros y Viesca, Miguel Mery Ayup –primo del alcalde matamorense Juan Carlos Ayup- sería la mejor carta por ese distrito.

Vamos, le conceden merecimientos para la candidatura a la alcaldía de Torreón, para que pruebe en carne propia lo que consideran él le propició a más de un candidato de su partido en la pasada elección; le dan muy pocas o nulas posibilidades de triunfo en un eventual enfrentamiento contra Jorge Zermeño Infante.

Torreón para los priistas, se ha convertido en una especie de papa caliente que nadie quiere tener en sus manos, por lo que todo indica que el que -voluntariamente a fuerza- le tocará cargarla es a José Antonio Gutiérrez Jardón.

A principios del año pasado cuando el nombre del entonces secretario de Desarrollo Económico era mencionado como posibilidad para la candidatura a la alcaldía de un año, el dirigente de su partido recio y quedito aseguraba que si su partido, “se decide por ese güey, lo único que tenemos asegurada es la derrota”. Al final no fue el elegido para la candidatura, pero de todas maneras se perdió la elección.

Ahora, porque nadie le quiere entrar al ruedo y agarrar al toro por los cuernos, parece ser que no hay –ni el presidente de su partido- quien se oponga a que Gutiérrez Jardón sea el candidato tricolor para la alcaldía de tres años porque le ven muy pocas posibilidades de lograr la victoria. Nadamás que no se les olvide que lo mismo se decía de Jorge Zermeño al principio de la pasada campaña.

A ver si el ex secretario no da el campanazo y sorprende hasta a sus correligionarios. Que no se les olvide que donde menos se espera, salta la liebre. Uno nunca sabe.

 

 

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@JulianParraIba

 

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El Heraldo de Saltillo
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