Liderazgo consciente a través de la Independencia Emocional
La dependencia emocional es una sombra que puede nublar nuestra verdadera esencia, creando una necesidad implacable de afirmación y validación en otros.
Cuando dejamos que nuestra estabilidad emocional dependa demasiado de las acciones y presencia de alguien más, corremos el riesgo de perder nuestra libertad interior, y nuestra autoestima y nuestro bienestar se van reduciendo y fragmentando poco a poco.
Sin embargo, entender sus peligros nos abre las puertas a la sanación y a la recuperación del poder que reside en nuestro amor propio y autonomía. Reconocer y sanar esta dependencia es un acto de amor más grande hacia nosotros mismos y un paso esencial para vivir en plenitud, libres y conectados con nuestra luz más auténtica.
Ésta se da cuando, en cualquier tipo de relación, ya sea laboral o interpersonal, entramos para que las otras personas llenen vacíos, es decir, que cubran necesidades más que por la unión de esfuerzos y colaboración.
Al suceder esto, un elemento de la relación deja de trabajar en sí mismo y delega su bienestar al otro, transformado la relación en una especie de contrato de compraventa en vez de intercambio de valor.
En todas las relaciones se requiere generar acuerdos y un intercambio de valor, pero cuando comenzamos a perder nuestra identidad para poder encajar y ser aceptados, es una señal de que comenzamos a generar dependencia emocional.
¿De qué necesitas desprenderte para ser libre?
Las necesidades nos limitan y crean frustración, encierro, los “no puedo”, preocupación.
Cuando actuamos con miedo, terminamos perdiendo aquello que no queremos perder. Tener confianza en que somos capaces de proveernos de aquello que recibimos del otro nos hace establecer relaciones sanas y con acuerdos, en libertad y crecimiento.
La independencia emocional crea LIBERTAD, la cual genera:
Seguridad: quita los temores, en especial el de no sentirse suficiente o el temor a no ser aceptado por quien soy, más que por alguna acción equivocada.
Entusiasmo: el entusiasmo es la clave para ser más atractivo y para generar la motivación de convertirte en la mejor versión de ti mismo.
Confianza: es la clave de sentir que puedes hacer que pasen las cosas, es decir, que puedes construir aquello que requieres y que puedes volver a empezar cuando las cosas no salen como tú las esperabas.
¿A quién le estás dando el poder de definir tu futuro?
LAS CLAVES DEL PODER
Contrario a lo que se nos muestra en las redes sociales, el verdadero poder personal lo tienes cuando tienes el poder de “Dar”. Eso te convierte en un líder, un líder sano que genera contribución.
Desgraciadamente, se ha prostituido mucho el significado del verdadero poder personal. Se ha confundido el “dar valor” por “dar castigo”. Es decir, de imponer su voluntad a la fuerza con la consigna de que “si no haces lo que quiero” o “si no eres como a mí me conviene” voy a generar un mal en ti.
Es indispensable, en estos tiempos de cambios, que aprendamos a ser verdaderos líderes de nuestras vidas, que generen contribución y que transformen su manera de ejercer en su posición de poder bajo la premisa de que sus decisiones requieren ejercer un impacto positivo en los demás, con una buena estrategia que busque la colaboración en vez de fomentar la competencia y la división.
Un buen líder tiene seguidores, no súbditos o personas a quienes desee imponer por la fuerza su ideología o su manera de pensar, conciliando diferentes puntos de vista para generar acuerdos que beneficien a ambas partes. Tampoco genera más necesidades con la intención oculta de generar dependencia de quienes están bajo su responsabilidad.
Si deseas convertirte en un líder sano requieres de conocerte primero, en coaching ofrecemos una estrategia clara y sana para elevar tu liderazgo y convertirte una persona que aporta valor, primero a ti mismo y después influenciando positivamente a los demás. De este modo podremos estar generando relaciones sanas y más funcionales que nos lleven a aunar esfuerzos y a generar una sociedad mejor.