Ginebra, Suiza.- Transformar el plomo en oro fue un sueño de los alquimistas medievales. Esta búsqueda, conocida como crisopeya, pudo haber estado motivada por la observación de que el plomo, de color gris opaco y relativamente abundante, tiene una densidad similar al oro, que durante mucho tiempo ha sido codiciado por su hermoso color y rareza. Fue mucho más tarde cuando quedó claro que el plomo y el oro son elementos químicos distintos y que los métodos químicos son incapaces de transmutar uno en el otro.
Sin embargo, con el amanecer de la física nuclear en el siglo XX, se descubrió que los elementos pesados podían transformarse en otros, ya sea de forma natural, por desintegración radiactiva, o en el laboratorio, bajo el bombardeo de neutrones o protones.
Ahora, el experimento ALICE logró un avance significativo en la física nuclear en el Gran Colisionador de Hadrones (LHC) donde midió la transmutación de plomo en oro mediante un nuevo mecanismo que involucra colisiones casi frontales entre núcleos de plomo.
El CERN anunció este jueves 8 de mayo que ha registrado mediciones en su gran acelerador de partículas que “cuantifican la transmutación del plomo en oro”.
“Los núcleos de oro emergen de la colisión con una energía muy elevada y golpean el tubo del haz del LHC o los colimadores en varios puntos aguas abajo, donde se fragmentan inmediatamente en protones individuales, neutrones y otras partículas. El oro sólo existe durante una pequeña fracción de segundo”, explicó la organización científica.
“Los núcleos de oro emergen de la colisión con una energía muy elevada y golpean el tubo del haz del LHC o los colimadores en varios puntos aguas abajo, donde se fragmentan inmediatamente en protones individuales, neutrones y otras partículas. El oro sólo existe durante una pequeña fracción de segundo”, explicó la organización científica.
Las colisiones de energía extremadamente alta entre núcleos de plomo en el LHC pueden crear plasma de quarks-gluones, un estado de la materia caliente y denso que se cree que llenó el universo alrededor de una millonésima de segundo después del Big Bang, dando origen a la materia que ahora conocemos. Sin embargo, en las interacciones mucho más frecuentes donde los núcleos simplemente se rozan sin tocarse, los intensos campos electromagnéticos que los rodean pueden inducir interacciones fotón-fotón y fotón-núcleo que abren nuevas vías de exploración.
ALICE es una de los proyectos más relevantes que se desarrollan bajo el paraguas del CERN, El cual señaló que además de haberse demostrado la posibilidad de una conversión artificial del plomo en oro en laboratorio.
Este experimento no solo demuestra la posibilidad de convertir plomo en oro en condiciones controladas, sino que también ofrece nuevas perspectivas sobre los procesos nucleares y la formación de elementos en el universo. (EL HERALDO)
Alquimia en el Large Hadron Collider.
En colisiones rasantes intensos campos electromagnéticos arrancan protones a los átomos de Plomo para convertirlo en otro elemento.
El Plomo pasa de tener 82 protones, a ser Talio con 81, Mercurio con 80, o a ser Oro con 79 protones. pic.twitter.com/gtjbgOF9vC— Gerardo Herrera Corral (@GHCtuit) May 8, 2025