El radicalismo viene de la izquierda
La izquierda y la derecha son dos lados de la misma moneda ideológica. Sin embargo, ha sido la izquierda política la que se ha radicalizado en México
“La estabilidad lo es todo”, dice un proverbio chino. Pronto nos daremos cuenta de su sabiduría al quedar atrás la relativa estabilidad del país y el mundo. Además del regreso de las rivalidades geopolíticas, del desafío del calentamiento global y los riesgos de las nuevas tecnologías, tendremos que añadir el regreso del radicalismo político. En ciertos países, proviniendo de la derecha. En otros, de la izquierda.
Ha habido un debilitamiento de la democracia ante una creciente radicalización política. En Estados Unidos, una parte de la izquierda se ha vuelto más fundamentalista con la cultura del woke, aunque se ha mantenido en los márgenes. En la derecha, sin embargo, la radicalización se ha normalizado al negar el calentamiento global, llevar al extremo los principios del libre mercado y pugnar por una mayor militarización de la política exterior. En Europa ha sido también la derecha política la que se ha tornado más extremista, llegando inclusive al poder en países como Italia. Pero ¿por qué es la derecha la que ha llevado la delantera radical? Fundamentalmente, por la migración masiva y sus crecientes problemas culturales. Y un problema mayúsculo es que ese extremismo no solo es a nivel de las élites, sino también de sus poblaciones.
La derecha en México no se ha radicalizado, al menos no aún. Porque no ha hecho suyas las políticas de mano dura contra la inseguridad, como la derecha salvadoreña. Porque no tiene una dura retórica anti-migrante, como la derecha europea. Y porque no niega el calentamiento global ni ha hecho suyo el dogma del libre mercado, como la derecha estadounidense. Además, la derecha mexicana es demócrata porque cree en los canales institucionales, la negociación partidista y las elecciones populares como mecanismos fundamentales para resolver nuestros problemas políticos. Sin embargo, su problema estriba en su falta de cuadros políticos, tanto así, que una persona sin militancia será su candidata a la presidencia, y lanzaron a una ex-Miss Universo para recuperar infructuosamente su otrora joya de la corona en el norte del país.
La izquierda en México es la que se ha radicalizado. Tiene sentido: si en Occidente la derecha lo ha hecho a raíz de la migración masiva y sus choques culturales, en México ha sido la izquierda derivada de un contexto de pobreza/desigualdad y la desconfianza social que generan. Las políticas del populismo de izquierda están ahí: militarización de la vida pública, exclusión del calentamiento global y los temas medioambientales, una profunda aversión a la ciencia y la tecnología y un continuo deterioro de las capacidades del Estado. Ni hablar de su manifiesto autoritarismo y sus políticas que podrían llevar al fin de la democracia-liberal en el país.
La izquierda y la derecha son dos lados de la misma moneda ideológica. Sin embargo, ha sido la izquierda política la que se ha radicalizado en México. La buena noticia es que la radicalización ha ocurrido a nivel de las élites, sin haber permeado del todo entre la población. Por ahora.
@FernandoNGE
Autor
- Licenciado en derecho por la Universidad Iberoamericana (UIA). Maestro en estudios internacionales, y en administración pública y política pública, por el Tecnológico de Monterrey (ITESM). Ha publicado diversos artículos en Reforma y La Crónica de Hoy, y actualmente escribe una columna semanal en los principales diarios de distintos estados del país. Su trayectoria profesional se ha centrado en campañas políticas. Amante de la historia y fiel creyente en el debate público.
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