CÓMO DECÍA MI ABUELA

El hábito…

Durante las vacaciones, nos disponíamos a descansar y creíamos que era el momento ideal para relajarnos de la disciplina que suponía la escuela, sin embargo, mi abuela nos insistía en mantener buenos hábitos de higiene y buenos modales. «El hábito hace al monje» nos repetía, haciendo hincapié en que, tanto la disciplina cómo nuestra apariencia influían en la imagen que nuestros padres tenían y que seríamos percibidos como «estudiantes de provecho».

El día de hoy, en la Universidad Complutense de Madrid, se esperaba una conferencia por parte de la Antropóloga y reconocida teórica del feminismo, Marcela Lagarde y de los Ríos, la cual fue interrumpida por personas del lobby trans quiénes acusaron a la académica de tránsfoba por señalar  el borrado que a lo largo de la historia hemos padecido las mujeres de manera estructural.

La periodista Lydia Cacho señaló a través de su cuenta de «X»  que la censura y posterior expulsión de que fue objeto Lagarde y de los Ríos constituye una forma más de violencia en contra de las mujeres, tal parece que la sociedad actual da más importancia al hábito, que a lo que hay debajo de este, ya que las Autoridades Universitarias en ningún momento garantizaron la seguridad ni el derecho a la libertad de expresión de la conferencista, situación que resulta inconcebible que suceda al interior de la academia, pues se supone un espacio para la discusión objetiva y el debate y no de ideologías sin fundamento científico de fondo.

Lo más triste de la situación, es que este no es un caso aislado.

En el marco del Día Internacional de la Mujer en el año 2022, en México, se llevó a cabo el foro «Aclaraciones necesarias sobre las categorías sexo y género» en la que participaron, la misma Marcela Lagarde, Amelia Valcárcel, Alda Facio, entre otras grandes exponentes de la teoría feminista, quiénes participaron activamente en la construcción del marco jurídico que hoy día se aplica para combatir o erradicar todas las formas de discriminación y violencia en contra de las mujeres. Durante la celebración de este foro, las panelistas fueron acusadas de transfóbicas, se les llamó TERFAS y demás términos despectivos por exponer que la ideología que promueve el lobby trans no favorece el diálogo y al contrario, constituye una forma de dogmatización e imposición sobre las feministas, para que aceptemos que el sexo no es la primera forma de discriminación y el origen de la violencia machista que sufrimos.

Si el sexo y el género son algo que se percibe, ¿cómo podemos validar todas las acciones afirmativas que se han establecido para garantizar las condiciones de igualdad de las mujeres?

Si, como decía mi abuela, «el hábito hace al monje» ¿Qué es lo que nos distingue como mujeres? ¿Desde qué lugar deberíamos ser nombradas, desde las mujeres o desde las personas que dicen percibirse cómo mujeres? ¿Qué certeza tenemos para estar en igualdad de posibilidades en todos los ámbitos, público y privado? ¿Cómo garantizamos la paridad en el acceso a los puestos de elección popular?

Tengo muchas más dudas que respuestas, pero lo que sí tengo claro es que para mí «el hábito NO hace al monje» y aunque se diga que el sexo no es observable (desde la biología) sino un sentimiento que no se debe cuestionar, #YoTambienSoyMarcelaLagarde y no puedo quedarme callada ante la mordaza de la que está siendo objeto la mujer a la que le debemos gran parte de los logros hasta ahora alcanzados en la lucha feminista de América Latina, por ejemplo, el concepto de Feminicidio y su inclusión dentro del marco legal mexicano.

Aclaro que, desde mi perspectiva, evidenciar que el sexo es la primera forma de opresión y discriminación de la que somos objeto las mujeres, no significa que odiamos a las personas trans y de la diversidad sexual, sólo pedimos que cada lucha tenga su lugar y que no se nos encasille a los seres humanos como «hombres» y del otro lado «todo lo demás». Merecemos ser nombradas. #NoAlBorradoDeLasMujeres.

 

Autor

Leonor Rangel