CÁPSULAS SARAPERAS

El Triste

En esta ocasión te platico de varias anécdotas que sucedieron en un cabaretucho de mala muerte que teníamos en nuestra hermosa ciudad, específicamente en la zona de tolerancia, cuando esta estaba ubicada en el meritito Centro de Saltillo, me refiero al cabaret “El Triste” y por supuesto que nada tiene que ver con la canción de la autoría de Roberto Cantoral.

Este lugar tenía un tipo de imán, y no precisamente del imán que poseía Hermenegildo López, fundador del PUP, sino de atracción de pleitos, broncas, conflictos, peleas o riñas.

Algunas veces peleas tan espectaculares, como la que sucedió el 4 de julio de 1956, cuando un viejo, todo mariguano, de nombre Manuel Martínez, quien al parecer se trataba de un asesino a sueldo conocido como “El Pastillas”. Ese día a las 10 de la mañana muy temprano por cierto para andar en un cabaret, ya borracho y hasta mariguano, “El pastillas” agarro a golpes a dos ancianos que ya estaban en el interior de “El Triste” dándoles una tunda hasta que la policía, cantineros y parroquianos intervinieron para someterlo y poner orden.

Pero no vaya a creer estimada y estimado Saltillense que en “El Triste” sólo había bronca de hombres, pues según registros 2 días antes el lunes 2 de julio la pelea, la bronca fue aún más espectacular y en ella participaron, no 2, ni 3, sino 4 damiselas. Esa lucha femenina fue de parejas por un lado Clemencia junto a Rosa María y del otro lado Guadalupe y Concha. Cuando la bronca estaba de lo más sabrosa, según testigos, llegó la policía quien remitió a la cárcel a las 4 mujeres. Al final del día Lupe y Concha salieron libres mientras Rosa y Clemencia fueron puestas a disposición del Ministerio Público quien era el  Sr. Carlos Pérez.

“El Triste” también fue un lugar donde los amigos pasaban el tiempo, platicando, bebiendo y conviviendo, aunque en ocasiones terminaban mal como sucedió el 6 de julio de 1956, cuando Merced y Santos, ambos amigos habían llegado juntos al cabaret, compartían botellas de vino, escuchaban música, disfrutaban del lugar y de la charla hasta que de repente en un santiamén empezaron a discutir, cada vez de forma más acalorada hasta que llegaron a los puñetazos. La función de box que los amigos estaban ofreciendo en “El Triste” fue suspendida por los uniformados, momento en el cual se dieron cuenta de la gran cantidad de sangre que salía de la nariz y boca de Santos, por lo que ambos fueron enviados a la cárcel en una ambulancia.

Evidentemente los policías de la demarcación número 1 que vigilaban y cuidaban el orden de la zona de tolerancia tenían mucho trabajo en “El Triste” donde hasta algunos extranjeros como un señor de nombre Pablo Bustos, quien vivía en Estados Unidos hizo sus desmanes. Y es que el Sr. Bustos además de dejar sin energía eléctrica a la cantina, pues destruyó la planta eléctrica que generaba la energía para “El Triste”, se lanzó a golpes contra un parroquiano a quien por cierto le quito a la fuerza su reloj marca Longines, objeto que fue destruido al estallarlo en el piso.

Estas microhistorias forman parte de la historia de nuestra hermosa ciudad de Saltillo, aunque no sean apropiadas, a pesar que con la distancia de tiempo parecen simpáticas, pero definitivamente, para fortuna de las esposas para desgracia de los parroquianos “El Triste” fue derrumbado junto con la zona de tolerancia por órdenes del entonces gobernador Ing. Eulalio Gutiérrez y esa es otra historia que le platicaré después.

Autor

Francisco Tobías
Francisco Tobías
Es Saltillense*, papá de tres princesas mágicas, Rebeca, Malake y Mariajose. Egresado de nuestra máxima casa de estudios, la Universidad Autónoma de Coahuila, en donde es catedrático, es Master en Gestión de la Comunicación Política y Electoral por la Universidad Autónoma de Barcelona, el Claustro Doctoral Iberoamericano le otorgó el Doctorado Honoris Causa. Es también maestro en Administración con Especialidad en Finanzas por el Tec Milenio y actualmente cursa el Master en FinTech en la OBS y la Universidad de Barcelona.
Desde el 2012, a difundido la historia, acontecimientos, anécdotas, lugares y personajes de la hermosa ciudad de Saltillo, por medio de las Cápsulas Saraperas.
*El autor afirma que Saltillense es el único gentilicio que debe de escribirse con mayúscula.
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Es Saltillense*, papá de tres princesas mágicas, Rebeca, Malake y Mariajose. Egresado de nuestra máxima casa de estudios, la Universidad Autónoma de Coahuila, en donde es catedrático, es Master en Gestión de la Comunicación Política y Electoral por la Universidad Autónoma de Barcelona, el Claustro Doctoral Iberoamericano le otorgó el Doctorado Honoris Causa. Es también maestro en Administración con Especialidad en Finanzas por el Tec Milenio y actualmente cursa el Master en FinTech en la OBS y la Universidad de Barcelona. Desde el 2012, a difundido la historia, acontecimientos, anécdotas, lugares y personajes de la hermosa ciudad de Saltillo, por medio de las Cápsulas Saraperas. *El autor afirma que Saltillense es el único gentilicio que debe de escribirse con mayúscula.