Un Dios en el templo de otro: Quetzalcóatl, la Serpiente Emplumada que se posó en la Catedral de Santiago 

El doctor en Filosofía con acentuación en Estudios de la Cultura por la UANL, Gabriel Ignacio Verduzco  Argüelles, sostiene que la «Serpiente Emplumada», divinidad prehispánica, está representada en el inmueble religioso situado en Saltillo

Desde hace 20 años, el doctor en Filosofía con acentuación en Estudios de la Cultura por la Universidad Autónoma de Nuevo León, Gabriel Ignacio Verduzco  Argüelles, trabaja en un proyecto de investigación para comprobar que la figura de Quetzalcóatl, divinidad presente en la mitología de pueblos prehispánicos de Mesoamérica, está representada en la Catedral de Santiago, en Saltillo.

«Estuve sacando algunas fotografías y me llamó la atención esas figuras que tiene la cúpula porque en un primer golpe de vista noté que se parecían a la cabeza de la Serpiente Emplumada. Ya con esa perspectiva, veo que hacia atrás tienen las otras figuras en línea y ahí fue cuando yo cambié mi manera de ver las cosas», comentó en entrevista con El Heraldo de Saltillo.

Para el también maestro-investigador en la Facultad de Ciencia, Educación y Humanidades de la Universidad Autónoma de Coahuila (UA de C), no hay prueba más fehaciente de esto que las esculturas que pueden apreciarse en la cúpula de la esquina del inmueble religioso que se encuentra en el cruce de las calles Juárez y Bravo, en el corazón de Saltillo.

«Hubo oportunidad de subir para sacar fotografías en la cúpula y de los elementos ornamentales que están alrededor, hay varias cosas que a mí me hicieron ruido porque me referían a la cosmovisión indigena, por ejemplo que la cenefa alrededor de esta cúpula se puede ver en los códices indígenas y refieren a lo que en náhuatl le llaman el malinalli o hierba torcida, esta figura del calambur que indica que tú entiendes lo que quieras pero te haces responsable de lo que interpretes. Yo digo que eso está de fondo en esa parte», indicó.

DISCURSO CONTESTATARIO

Gabriel Verduzco considera que la inclusión de la «Serpiente de Plumas Preciosas» podría tratarse incluso de un discurso visual en alusión al rechazo de los pueblos nativos hacia el dominio de los Españoles durante la Conquista.

«Es como una especie de reivindicación, no hay que olvidar que los vecinos de Saltillo era una comunidad tlaxcalteca. Eso de la Nueva Tlaxcala es todo un proyecto de colonización tlaxcalteca del norte de México, de lo que era la Nueva España y que hay un montón de colonizaciones tlaxcaltecas porque es parte de un proyecto indígena-tlaxcalteca de traer la cultura tlaxcalteca que no es exclusivo de Saltillo. En ese contexto se construye la Catedral», externó.

«Decía don Javier Villarreal (historiador y docente saltillense), en uno de los trabajos que ya no alcanzó a publicar, que había mano de obra tlaxcalteca en la construcción de la Catedral. La propuesta de mirar serpientes emplumadas tendría que ver con esa reivindicación de los derechos de los naturales de estas tierras por encima de los europeos y como un denunciar los abusos, me suena que las comunidades, tanto de la Nueva Tlaxcala como de Saltillo en aquella época eran menos conservadoras», ahondó.

MÁS BASES

El académico señala que incluso estudios antropológicos sugieren que la «Serpiente Emplumada» se representa en el Calendario Azteca con un total de 12 figuras, desde la cabeza hasta el cascabel, número que coincide con las que integran cada una de las ocho figuras contenidas en la citada cúpula de Catedral, cuya construcción inició en 1745.

«El que haya elementos que remiten al Serpiente en la parte de la cúpula, tendrían que ver con ese contexto social o económico, no sólo de la Villa de Saltillo sino del Virreinato en general. La presencia de elementos podrían estar haciendo ese papel de una reivindicación de que los europeos no tenían derecho, de que hay una conciencia que se ha mantenido, creo que por ahí la posible presencia de los elementos en el edificio», externó.

«Esto generaría un discurso unido a lo religioso, a lo mágico, un discurso de corte socio-político, de resistencia de ‘no nos dejamos’. Va por ahí, es lo que creo que iría por ahí esa parte de una explicación de por qué. Yo sigo dándole al trabajo, en contacto con otros cuerpos académicos, uno de la UANL y otro de la Escuela Nacional de Antropología e Historia, he estado trabajando a partir de este tema». (OMAR SOTO)