MANJAR PARA CINÉFILOS

Películas de culto en Netflix 

Desde “Se interpone un hombre” de Carol Reed, la magistral “El globo rojo” de Albert Lamorisse hasta la muy polémica ‘La última tentación de Cristo’, de Martin Scorsese, son solo algunas de las películas escondidas en la plataforma de Netflix, ideales para ser revisionadas por los cinéfilos que añoran buen cine en el gigante del streaming.

A estas alturas nadie puede discutir que Netflix es la plataforma de streaming más popular en el mundo. Posee un catálogo inmenso, donde existen películas de gran costo de producción y suma galardones en festivales y marcada presencia en la premiación del Óscar de la Academia con contenidos propios y arriesgados.

Pero lo mejor es que, en ese inmenso bosque de títulos, a veces se encuentran joyas auténticas del séptimo arte, de esas películas que todo cinéfilo que se precie de tal debe ver al menos una vez en su vida. De esta manera, y más allá de sus éxitos de taquilla, muchos aficionados al cine están descubriendo las sorpresas más que gratas que mantiene la plataforma y que -reconozcámoslo- no suelen encajar con el estilo de programación característica de Netflix.

Acá, apenas cinco títulos de culto, indispensables para reconciliarse con el cine en un panorama que ya satura con películas comerciales, serializadas y predecibles. Son cinco alternativas ideales para descubrir por qué seguimos adictos a este arte de imágenes en movimiento.

1.- SE INTERPONE UN HOMBRE (The man between, 1953), de Carol Reed

Cuatro años después de impactar y cosechar elogios con la notable película “El tercer hombre”, el director Carol Reed retomó su estilo habitual con el trabajo en un espacio, abordando situaciones características a su tono fílmico en el escenario de la posguerra mundial, situando su centro en una ciudad dividida -Berlín- y desarrollando un agobiante ambiente de espionaje, toques de cine negro, en donde predominan las personalidades equívocas y poniendo en escena la fuerte división entre el Este y el Oeste, en una época en que la desconfianza es el pan cotidiano.

Como es propio de su estilo visual, en este filme Reed utiliza sus famosos planos inclinados a través de los cuales el director provoca la incomodidad en los espectadores y que había utilizado con éxito en sus filmes “Larga es la noche” y “El tercer hombre”, estilo visual que tiene su momento culminante en la secuencia del secuestro de la mujer protagonista, que confirma su tremenda fuerza como realizador.

La película se beneficia con excelentes paisajes nocturnos y nevados de una ciudad aún derruida que vive todavía los estragos de la guerra y en la cual los personajes, liderados por James Mason, van y vienen tratando de sortear las sospechas y mantenerse con vida.

2.- JOE KIDD (1972), de John Sturges

Si quiere ver un western conciso, entretenido y vigente en su receta aquí tiene este filme donde un ex cazador de recompensas se ve obligado a ayudar a un prepotente y adinerado terrateniente y a sus secuaces para dar con el paradero de un líder revolucionario mexicano. La película está plagada de instantes muy bien logrados, tiene buen ritmo y denota que el realizador Sturges se encontraba a sus anchas como uno de los grandes nombres del cine western y creador también de películas como “La gran evasión” y “Conspiración de silencio”.

Entre los muchos méritos de esta joyita western se encuentra el guion de Elmore Leonard, también un prestigioso novelista, que se luce con agudos diálogos en cada secuencia (es famosa esa línea donde se dice: «Parpadea, que se te van a caer los ojos»). Otro punto alto es la música compuesta por el siempre efectivo Lalo Schifrin, reconocido compositor argentino, responsable de la música de títulos de la recordada serie Misión Imposible. Y la guinda de la torta la constituyen los avezados Robert Duvall, un formidable villano y el protagonista Clint Eastwood, protagonista y productor a través de su compañía Malpaso. Con esos elementos, cuando menos la entretención está asegurada de entrada.

3.- VIDA EN FAMILIA (Family Life, 1971), de Ken Loach

Esta película es dura y estremecedora, perteneciente a un director controvertido como Ken Loach. Nos muestra el calvario de Janice Baildon de 19 años, que se encuentra al borde del colapso, luego de sobrevivir al ambiente claustrofóbico y opresor generado por la vida junto a unos estrictos padres que tiene su clímax cuando tratan de obligarla a abortar lo que la lleva a una fuerte crisis nerviosa. Sometida a un tratamiento psiquiátrico por su comportamiento esquizofrénico, los médicos pretenden que ella dependa de sus padres para su recuperación, sin tomar para nada en cuenta que justamente ellos quienes han provocado esa situación límite.

Este filme impactante tuvo su base en 1967, cuando Ken Loach entonces de 29 años, realizó un impactante telefilme para la BBC titulado In Two Minds, donde en un estilo documental se refería a los problemas mentales de una joven, partiendo de la tesis del psiquiatra escocés R. D. Laing, que aseguraba que el vínculo familiar favorece precisamente el desencadenamiento de dichas anomalías mentales.

Con esa base, cuatro años más tarde filmó una nueva versión en cine, de narrativa algo más convencional, eludiendo un tanto la tesis final, poniendo el énfasis en el medio ambiente opresivo para la joven, el énfasis en la religión castigadora y las presiones de sus padres para el aborto cuando la chica queda embarazada, todo lo cual agrava sus problemas y la conducen al infierno del tratamiento médico con electroshocks y su ingreso en un recinto para enfermos mentales.

4.- EL GLOBO ROJO (Le Ballon rouge, 1956) de Albert Lamorisse

Esta obra maestra absoluta es un himno a la amistad y el respeto que tiene como protagonista a un solitario niño que encuentra un globo rojo… o acaso sea al revés. En acotados minutos, el niño y su enorme globo rojo mágico vagan por las calles de París. Donde vaya el chico, el globo lo sigue y lo espera. Y cuando el pequeño se mete en problemas, el globo acude al rescate.

Se trata de uno de los filmes más poéticos y delicados acerca de la infancia que se haya jamás filmado, dura apenas 36 minutos y está protagonizado por el propio hijo del director. Sin tener más que escasos diálogos, fue inesperadamente galardonado con el Óscar al mejor guion original y su secuencia final es de una belleza arrebatadora y ofrece un potente alegato respecto de la naturaleza humana sin una sola palabra.

5.- LA ÚLTIMA TENTACIÓN DE CRISTO (The last temptation of Christ, 1988) de Martin Scorsese.

Es probable que recién hoy se pueda analizar el sentido y vigencia de este polémico filme, cuando ha transcurrido el tiempo necesario para aquilatar sus méritos y el sentido real de su discurso. Es el momento para reivindicar el valor que tiene en la extensa y brillante filmografía de Martin Scorsese, considerando que en su estreno se habló de una obra ‘menor’ en comparación con los otros títulos del autor de ‘Taxi Driver’.

Con el también director Paul Schrader como su guionista, tan afecto a la teología y al simbolismo cristiano a lo largo de toda su carrera, este filme sirvió para dar a conocer buena parte de sus subtextos habituales en la adaptación de la novela de Nikos Kazantzakis.

En esta portentosa obra están los temas clave de Schrader: la culpa, la tentación y la redención, teniendo como protagonista la doble naturaleza de la figura de Cristo, tema esencial en el filme, donde se muestra con profundidad las comprensibles dudas de alguien que, pese a su condición divina, era también un hombre en toda su extensión. Un hombre y un ser divino de cara a las dudas de una misión superior que en su naturaleza humana no alcanza a dimensionar y que, contrario a lo que se dijo en el momento de su cuestionado estreno, no atenta contra la figura del Mesías ni es irrespetuoso con el tema de la fe.

El reparto está encabezado por Willem Dafoe como Jesús, Barbara Hershey como María Magdalena, Harvey Keitel como Judas y David Bowie como Poncio Pilatos.

 

Autor

Víctor Bórquez Núñez
Periodista, Escritor
Doctor en Proyectos, línea de investigación en Comunicación