Trabajan para recuperar lo que el incendio devastó  

Amigos de la Sierra se ha mantenido en comunidades cercanas a La Pinalosa, tanto de Coahuila como de Nuevo León, implementando estrategias de restauración

Un incendio provocado el 16 de marzo del 2021 por paseantes se extendió desde «La Pinalosa», en la Sierra de Arteaga, hasta las comunidades de «San Rafael», «Baratillo» y «La Jacinta», en los límites de Coahuila y Nuevo León. Miles de hectáreas se perdieron en el fuego.

Meses después de que siniestro arrasó con zonas boscosas integradas por árboles que durante cientos de años otorgaron con sus hojas un inmenso paisaje verde y ante la intención de que otras generaciones puedan verlo con sus ojos, la asociación civil «Amigos de la Sierra», que también participó en las labores de combate contra el incendio, emprendió un intenso trabajo para hacer que las heridas de la tierra producto de esta tragedia comiencen a sanar para poder reforestar.

«Ha sido un trabajo muy intenso, nosotros no hemos salido del sitio desde el día que inició el incendio; estuvimos integrados a la logística de combate y hemos permanecido aquí, implementando una estrategia», compartió con EL HERALDO, David Valladares Sánchez, director general de «Amigos de la Sierra».

Lo primero que había qué hacer era evitar el desplazamiento de la tierra que, por falta de arbolado, ha recaído en deslaves en las carreteras que abarcan la Sierra de Arteaga y la de Santiago, Nuevo León. Para frenar este movimiento se colocaron, en 400 hectáreas, hileras de troncos que no sobrevivieron al incendio para que funcionen como contenedores de suelo.

«Diseñamos un programa de trabajo que titulamos Restauración Integral del Ecosistema y las Comunidades que lo habitan (…). Nosotros iniciamos muy rápido el trabajo de restauración, lo primero que se tiene que hacer después de un incendio de esta naturaleza es tratar de asegurar el suelo. Sin suelos no hay posibilidad de revegetación y no hay posibilidad de una restauración», señaló.

HEREDAR LA RECUPERACIÓN

Valladares Sánchez estima que en los próximos 10 años se logre terminar con las labores de reforestación. Sin embargo, calcula que no será hasta dentro de seis décadas que al menos una parte del paisaje original perdido se recupere.

Pese a esta estadística y a que está consciente de quizá no vivirá tanto como para ver los frutos de su esfuerzo, Valladares asegura que la importancia de esta labor, en la que están involucradas alrededor de nueve personas en campo y aproximadamente de 200 asociados con predios en la zona, radica en revivir los bosques para que otros puedan disfrutarlos y cuidarlos.

«Es un trabajo que nos va a llevar más de 10 años para poder incidir, para acelerar el tiempo que la naturaleza tiene de recuperación. El tiempo promedio que los expertos dicen, nos va a llevar volver algo semejante a lo que teníamos son 60 años (…). Estamos evaluando estrategias para, con avioneta, meter semilla peletizada; hay alternativas, pero creo que no se va a recuperar lo que teníamos al 100 por ciento», indicó al precisar que estas acciones servirán para reforestar 15 mil hectáreas de bosque compartido entre Coahuila y Nuevo León.

«Para nosotros está el tema de los servicios ecosistémicos (…). Esos 10 años es el tiempo que tenemos para poder restablecer un equilibrio natural, tiene que ver más con eso. No es tanto que alguien diga ‘Amigos de la Sierra lo logró’ sino restablecer parte de esos servicios ecosistémicos. Esa es la misión de conservar esta parte de la Sierra Madre», platicó.

UN LUGAR PARA CONCIENTIZAR Y CONVIVIR

«Amigos de la Sierra» considera que para evitar que nuevos siniestros se presenten en la zona es necesario crear conciencia entre los paseantes y habitantes del lugar, por lo que en «La Jacinta» ha comenzado la construcción de un centro de educación ambiental y comunitario que sirva a este propósito.

«Esta es una zona de mucho tránsito, pero los visitantes no tienen un espacio para preguntar qué se está haciendo en este lugar, qué animales hay y qué flora hay. Pensamos que esta zona necesita un lugar al que el visitante pueda llegar y obtener esa información», comentó Perla Sánchez, del eje Educación Ambiental y Fortalecimiento Comunitario de «Amigos de la Sierra».

«La parte de Atención al Habitante es que tengan talleres de proyectos productivos, que si algunas personas de la zona tienen algún producto que puedan ofrecer en este lugar será también un punto de encuentro entre lo que hacen los habitantes con lo que puedan encontrar los visitantes», ahondó.

De acuerdo con sus pronósticos, será tentativamente en agosto de este 2022 que dicho espacio comience a funcionar. (TEXTO: OMAR SOTO / FOTO: JOSÉ TORRES / EL  HERALDO)