Obispo Hilario González, un año al frente de la Diócesis de Saltillo

Un gran reto el difundir y fortalecer la fe católica durante la pandemia

A un año de su llegada como obispo a la Diócesis de Saltillo, monseñor Hilario González García ve entre los principales retos de la organización religiosa que encabeza el difundir y fortalecer la fe católica durante la pandemia de la Covid-19.

“El desafío de evangelizar y catequizar de acuerdo a esta situación de pandemia. Cómo hacerle para seguir evangelizando y seguir catequizando a niños, adolescentes, jóvenes, adultos; para seguir formándonos los que ya somos sacerdotes o los seminaristas que quieren ser sacerdotes, los laicos que ya están comprometidos, los diáconos en una formación permanente para dar mejores respuestas desde el evangelio a la realidad social que estamos viviendo”, compartió en entrevista con El Heraldo de Saltillo.

Consideró que para alcanzar este objetivo se debe lograr un equilibrio entre el acceso a misas y eventos religiosos por medio de herramientas virtuales, que se popularizó como medida preventiva para combatir esta enfermedad entre los creyentes, y la asistencia presencial a los templos por parte de la feligresía.

“Cómo superar un cristianismo, un catolicismo solamente de tradición, solamente superficial para hacerlo más sentido, más comprometido, más sólido (…). Ese aspecto de la presencia, de la cercanía, del encuentro, como parte de la celebración de la fe es el reto; poder ser atractivo a decir ‘sí me gusta, sí la puedo ver a través de los medios, pero quiero estar ahí’, sobre todo en el sacramento que es frecuente, que es la misa. Es necesaria la presencia”, expresó.

Con una sonrisa en el rostro, el obispo originario de Monterrey, Nuevo León, aseguró que su primer aniversario al frente de la Diócesis le ha servido para reafirmar su aceptación al cargo en el que comenzó el 29 de enero del 2021 por orden del Papa Francisco, al tiempo que agradeció las muestras de cariño que constantemente recibe por parte de la comunidad diocesana.

“El decir ‘sí’ lo tengo seguro. Tengo una frase, ¿Cómo le digo que no al que siempre me ha dicho sí? A lo mejor lo diría con más miedo, pero con mayor confianza (…). Porque Dios nos pone, porque Dios nos invita, decirle que sí aunque nos dé miedo”, mencionó.

“La primera experiencia es de gratitud (…). Estoy muy agradecido con Dios y con la comunidad por el recibimiento que me han dado, por la hospitalidad, el arropamiento que he experimentado con ustedes”. (TEXTO: OMAR SOTO / FOTO: JOSÉ TORRES)