EL MOMENTO DE LOS CIUDADANOS

Un ejercicio de medición de opinión pública que realizó el Gabinete de Comunicación Estratégica sobre la percepción ciudadana respeto a la pretendida reforma energética o reforma al sector eléctrico, además de mostrar el sentir social en este tema en específico, nos permite dimensionar el como la 4T avanza en su propósito de manipulación.

De acuerdo al reporte de la encuesta, a la pregunta si se tenía conocimiento de que el 30 de septiembre el presidente presentó una iniciativa de reforma al sector eléctrico, el 61.5% de los encuestados admitieron que no lo sabían.

Sí, seis de cada diez encuestados no están enterados de que hay una iniciativa de reforma, con todo y la polémica que al respecto existe a nivel nacional desde hace varias semanas.

Sin embargo, cuando se pregunta si creen que se paga más por el consumo de electricidad en los hogares que en las empresas, el 45.8% piensa que en los domicilios se paga más, el 21.2% que se paga igual, y el 22% que se paga menos.

«Empresas comerciales, como Oxxo para ser claros, pagan menos por la luz que lo que paga un hogar de una clase popular o de una clase media», dijo López Obrador a inicios de octubre.

Tuvo el presidente éxito en sembrar esa idea en la mente de los mexicanos, escogió una empresa que prácticamente todos conocen, y no importa que haya referido datos fuera de contexto, en casi cinco de cada diez ya dejó sembrada su media verdad.

Y con todo y que casi el 55% de los encuestados piensa que los precios de la energía eléctrica van a aumentar, o cuando mucho a seguir igual, con la reforma, más del 62% compran la idea de que aprobarla es un avance para México, y el 59.6% dice que votaría a favor de que se apruebe.

Con su arenga de honestidad valiente y defensa patriótica de la nación y sus recursos, que no es más que una falacia patriotera, el Presidente ha llevado la polémica por la reforma al terreno de la disputa entre buenos y malos, donde los primeros son la 4T y «el pueblo», y los malos la mafia del poder y los empresarios que han sangrado al país.

Y le funciona, hay tal cantidad de agravios acumulados en la sociedad, que no importa lo evidente del retroceso que ha sufrido México con la cuarta transformación, la gran masa le perdona todo al Presidente al visualizarlo como aliado en una lucha justiciera.

Y si los malos son todos los que abrevaron del viejo régimen, desde el poder público y el sector privado, ¿cómo esperamos entonces que desde los partidos y las cúpulas empresarias se construyan las alternativas que frenen el avance de Morena y sus aliados?.

Se ha confirmado que el presidente tiene la habilidad de poner a las mayorías en contra de quienes le pueden disputar el poder a su movimiento, y no ceja en su propósito de desmantelar instituciones que le puedan hacer contrapeso y sabotear toda iniciativa que le merme.

Si la situación del país en economía, seguridad, salud y educación es crítica, más lo es que en ese estado de cosas no contemos con liderazgos sólidos que puedan aspirar a poner un freno al avance de la 4T.

El panorama es trágico, y López Obrador está tan confiado en sus estrategias de manipulación, y en la poca capacidad de movilización de sus oponentes, que no duda en provocar y hasta en azuzar, este jueves al referirse a la posibilidad de que en la UNAM se convoque a un paro de 48 horas en protesta por el acoso del Presidente a la institución, se burló y emplazó: «yo les propondría mejor que hicieran una marcha, que se avivaran pacíficamente… una manifestación pacífica, que dejen atrás la desidia, la comodidad y aunque sea en contra de nosotros se manifiesten».

Dejar atrás la desidia y la comodidad, pide el Presidente, conocedor del peor lastre de nuestra sociedad: la indiferencia.

Hoy no se puede dejar de insistir en que es el momento de los ciudadanos, el único contrapeso posible y viable hoy en día es el que se construya desde la sociedad, con acciones inteligentes, constantes y organizadas para hacer frente a un gobierno autoritario y errático.

 

edelapena@infonor.com.mx