Cada profesión es importante para el desarrollo de la nación, cada una da su contribución particular e insustituible, por eso se les asigna una fecha especial, ya sea a nivel internacional o nacional. En México también se les quiso honrar dedicándoles un día, “el día del ingeniero” el primero de julio. Esta fecha, tan poco conocida y mucho menos recordada, tiene 51 años, ya que fue propuesta en 1973 por el Ingeniero Eugenio Méndez Docurro, el entonces secretario de Comunicaciones y Transportes.
Se propuso esta fecha porque el primero de julio, pero de 1776, fue expedida la Real Célula para crear el Real Tribunal de Minería en México. Diría Don Francisco Xavier de Gamboa, Colegial del Real, y más antiguo de San Ildefonso de México, en ocasión a este hecho: “Comentarios a las ordenanzas al Católico Rey nuestro Señor, Don Carlos III (que Dios guarde) siempre magnánimo, siempre feliz, siempre augusto”.
La creación de dicho tribunal daría origen al llamado Real seminario de Minería, en dicho lugar tuvieron los primeros planes de estudio y textos de las primeras escuelas de ingeniería en América, es decir, primero que en los mismos Estados Unidos. Aunque, dicho sea de paso, lo importante no es empezar primero, sino saber continuar y avanzar.
La ingeniería es una profesión que trabaja con el mundo real, que busca que los conocimientos teóricos pasen de las ideas a las acciones para solucionar problemas concretos. ¡Cuántos enfoques tiene la ingeniería!, ¡En cuántas disciplinas está implicada! La ingeniería, no es solo una ciencia, es un arte que requiere de la capacidad creativa, requiere de imaginación que haga reales cosas que no se habían pensado antes, requiere de “chispa”, para encontrar la solución donde menos se piense que está.
La ingeniería es una vocación, que nunca deja de ser curiosa, que siempre se sorprende, que como está viva no puede pararse, no puede frenarse porque se muere. La ingeniería busca siempre lograr los mejores resultados, usando bien los recursos con los que se cuenta. Es tan importante para el crecimiento de un país contar con excelentes profesionales, que la llamada fuga de cerebros se percibe como uno de los males.
Dichosa nuestra nación que cuenta con este recurso realmente valioso y renovable, y felicitemos a estos profesionistas que con su compromiso, responsabilidad y trabajo contribuyen para el bien de toda la sociedad, pues la riqueza no sale de espulgarle a la tierra solo los minerales, sino de sacar de la cabeza las mejores ideas y realizarlas.
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