La guía completa de absolutamente todo
El libro comienza con un capítulo dedicado a la posibilidad del acceso total al conocimiento, tal y como en la ficción literaria el propio Jorge Luis Borges escribiría en su cuento: “La Biblioteca de Babel
Los seres humanos somos curiosos por naturaleza. Cuestionar el porqué de las cosas, su funcionamiento y origen forman parte de la evolución histórica de nuestro pensamiento como humanidad. ¿Es posible que exista una guía completa de absolutamente todo? ¿Sumar en un sólo volumen la totalidad del conocimiento? La lógica nos diría que tal empresa resultaría cuando menos, discutible. De ahí que el título de la recomendación de esta semana: “La guía completa de absolutamente todo” posea como nota al pie y entre paréntesis la aclaración: “versión abreviada”. De hecho, el libro comienza con un capítulo dedicado a la posibilidad del acceso total al conocimiento, tal y como en la ficción literaria el propio Jorge Luis Borges escribiría en su cuento: “La Biblioteca de Babel (1941)” y que durante 2015 serviría de inspiración al programador informático Jonathan Basile, creador de una página de internet con un algoritmo que emula la posibilidad de almacenar esa totalidad del conocimiento en la red.
En este contexto la propuesta de lectura presentada por Hannah Fry, galardonada matemática, así como el divulgador científico y genetista, Adam Rutherford, publicada para México en marzo de 2024 por editorial Planeta, brinda la oportunidad de realizar un interesante recorrido por casi todo, desde la infinitud del universo al rincón más diminuto de nuestro cerebro; la existencia y el porqué de las cosas; las anécdotas e historias curiosas que han ido incrementando nuestra capacidad de evolución en el tiempo y el espacio, aquello que nos sugiere la intuición y lo que realmente considera la ciencia.
Y aunque el título podría sugerir una obra extensa, en realidad las 280 páginas que constituyen el libro se leen muy rápido entre datos interesantes y pinceladas de humor que acercan la divulgación científica a cualquier lector ávido de conocer por ejemplo: que el vivir bajo la tierra produce adoptar un ritmo circadiano de 48 horas, o bien, que un año galáctico (el tiempo que tarda nuestro sistema solar en completar su órbita respecto al centro de la vía láctea) representa 250 millones de años terrestres. Una lectura por demás recomendable.
Somos lo que hemos leído y esta es, palabra de lector.
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