Ciudad del Vaticano.- El Vaticano publicó un documento este 8 de abril en el que afirma categóricamente que las operaciones de reasignación de género y la gestación subrogada son graves amenazas con la dignidad humana, situándolas al mismo nivel que el aborto y la eutanasia como prácticas que incumplen el plan de Dios para la vida humana.
La oficina de doctrina del Vaticano publicó el texto llamado “Dignidad Infinita”, una declaración de 20 páginas que llevaba cinco años en desarrollo, el cual, tras una revisión considerable en los últimos meses, fue aprobada el 25 de marzo por el papa Francisco, que ordenó su publicación.
El texto sale a la luz para conmemorar el 75 aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos para ofrecer “también a la Iglesia la oportunidad de aclarar algunos malentendidos que surgen a menudo en torno a la dignidad humana”.
En el documento presentado por el nuevo prefecto, el cardenal argentino Víctor Manuel Fernández, se enumeran las “violaciones graves de la dignidad humana que son “de especial actualidad” y entre ellas la Iglesia se posiciona en contra de la “teoría de género”, o la idea de que el género de una persona puede cambiar. Afirmó que Dios creó al hombre y la mujer como seres distintos con diferencias biológicas y dijo que la humanidad no debía interferir con ese plan ni tratar de “convertirse en Dios”.
“Toda operación de cambio de sexo, por regla general, (corre) el riesgo de atentar contra la dignidad única que la persona ha recibido desde el momento de la concepción”, indicó el documento.
Además, la Iglesia se posicionó en contra de la maternidad subrogada, “mediante la cual el niño, inmensamente digno, se convierte en un mero objeto”. Se trata de algo “deplorable “, “que además ofende gravemente la dignidad de la mujer y del niño y se basa en la explotación de la situación de necesidad material de la madre”.
“Un hijo es siempre un don y nunca el objeto de un contrato”, se indica en el texto, que recuerda el llamamiento del papa Francisco para que “la comunidad internacional se comprometa a prohibir universalmente esta práctica”.
En la rueda de prensa de presentación, el cardenal Fernández aseguró que ante el deseo de ser madre se debe respetar la dignidad humana e invitó a acogerse a otras formas como la adopción.
Así mismo un extenso apartado del mencionado documento está dedicado a “las violencias contra las mujeres “, entre ellas “la coacción al aborto, que afecta tanto a la madre como al hijo, tan a menudo para satisfacer el egoísmo de los varones”, pero también la poligamia, además de incluir una firme condena contra los feminicidios.
La Doctrina de la fe, que hace unos meses publicó que era posible la bendición a las parejas gays, reitera que “toda persona, independientemente de su tendencia sexual, ha de ser respetada en su dignidad” y denuncia “que en algunos lugares se encarcele, torture e incluso prive del bien de la vida a no pocas personas, únicamente por su orientación sexual”.
A este respecto, el cardenal dijo que “la idea del matrimonio gay con la propia eliminación de las diferencias no parece aceptable”, pero “es doloroso que algunos católicos defienden leyes injustas’ que ordena el encarcelamiento de personas “por el solo hecho de ser homosexuales”. Y añadió: “Estamos evidentemente a favor de la despenalización de la homosexualidad”.
Francisco ha convertido en un signo característico de su papado el acercamiento a las personas LGBT, ha oficiado ceremonias para católicos trans e insiste en que la Iglesia católica debe acoger a todos los hijos de Dios.
Sin embargo, también ha denunciado la “teoría de género” como “el peor peligro” que enfrenta la humanidad hoy, una “fea ideología” que amenaza con cancelar las diferencias otorgadas por Dios a hombre y mujer. Ha arremetido en particular contra lo que describe como “colonización ideológica” de Occidente en el mundo en desarrollo, donde en ocasiones la ayuda al desarrollo va condicionada a adoptar ideas occidentales sobre el género y la salud reproductiva.
Grupos de cristianos trans tacharon de inmediato el documento de “dañino” y carente de voces y experiencias reales de personas trans, especialmente en su distinción entre personas trans e intersexuales.
“La sugerencia de que la atención médica de confirmación de género -que ha salvado las vidas de muchas personas trans maravillosas y les ha permitido vivir en armonía con sus cuerpos, sus comunidades y (Dios)- amenaza con arriesgar o minimizar la dignidad de las personas trans, no sólo resulta dañino, sino peligrosamente ignorante”, afirmó Mara Klein, una persona no binaria, activista trans y que ha participado en el programa de reforma eclesiástica en Alemania.
“Además de la creciente hostilidad hacia nuestras comunidades, enfrentamos una Iglesia que no escucha y se niega a ver la belleza de la creación que puede encontrarse en nuestras biografías”, dijo Klein en un email. (EL HERALDO CON INFORMACIÓN DE VATICAN)
https://press.vatican.va/content/salastampa/it/bollettino/pubblico/2024/04/08/0284/00588.html#es
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