Cinvestav le forjó el carácter para hacer una carrera científica en Estados Unidos

Tere Padilla Benavides recuerda que, en técnicas de laboratorio, el rigor de sus mentores también la capacitaron para hacer ciencia bien controlada

Ciudad de México.- Su nombre es Teresita Padilla Benavides, pero prefiere que le llamen “Tere”, en 2010 se graduó como Doctora en Ciencias del Departamento de Fisiología, Biofísica y Neurociencias del Cinvestav, y desde 2020 es Tenure-track Assistant Professor en el Departamento de Biología Molecular y Bioquímica y recientemente fue nombrada Affiliated Assistant Professor en el Colegio de Ciencias Integrativas de la Universidad de Wesleyan, en Middletown, Connecticut. Su pasión por la ciencia la lleva a ocupar gran cantidad de su tiempo en actividades relacionadas con la investigación, pero cuando le queda un espacio libre le gusta viajar y cocinar con su familia.

Desde la preparatoria y luego en la licenciatura que cursó en la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas del IPN ya conocía el Cinvestav, pero su relación fue más cercana al aplicar para realizar un posgrado en el Departamento de Biología Celular. “Fui muy afortunada porque me entrevistó Fernando Enríquez, entonces jefe del Departamento, quien me permitió hacer el curso propedéutico de ingreso después de realizar un viaje a Canadá para emprender un curso especializado de francés; regresé, presenté los exámenes y me aceptaron, desde entonces encontré en Cinvestav profesores de mentalidad muy abierta”.

Durante la maestría estudió la diferenciación de adipocitos con Walid Kuri y Federico Castro, parte del trabajo fue publicado en un artículo sobre adipogénesis, enzimas adipogénicas y cómo el citoesqueleto se modifica durante la diferenciación adiposa; en esta investigación creció cultivos de células no diferenciadas, es decir, que no tenían una función específica en la etapa llamada fibroblastos. En ese estudio creció células alimentándolas con algo que les permitía hacer un trabajo específico, en busca de generar grasa o adipocitos para analizar cómo cambiaban sus proteínas al formar el citoesqueleto y observar su movimiento durante el proceso de maduración al pasar de un ente pequeño, poco desarrollado, a un adipocito que ya almacena grasa; además, estudió algunas enzimas productoras de grasa en función de su tiempo de maduración.

Para el doctorado se cambió al Departamento de Fisiología, Biofísica y Neurociencias a fin de estudiar, de la mano de Liora Shoshani, Marcelino Cereijido y Gerardo Contreras, la bomba de sodio, específicamente en la subunidad beta, donde observó las propiedades de adhesión de esas proteínas. Además, analizó cómo ayudan a los epitelios (células que recubren los órganos) a cerrarse y mantenerse adheridos; es decir, estudió cómo los del riñón contienen proteínas promotoras de cualidades más pegajosas, para juntarse entre sí, función coadyuvante en la maduración de epitelios más funcionales.

Tere Padilla Benavides asegura que, en Cinvestav, además de los conceptos científicos, de sus profesores aprendió a formar su carácter, elemento fundamental para ser científica, y desde temprano se dio cuenta de la importancia de tener “una piel dura”, de aguantar las críticas, porque “la ciencia es criticarnos a nosotros mismos, preguntarnos todo el tiempo si lo hecho está bien o está mal y darle para adelante”.

Recomienda a los jóvenes no dejarse vencer, porque la ciencia es una profesión difícil y frecuentemente produce muchas frustraciones con pocos logros, pero con buen entrenamiento se forja una personalidad fuerte, persistente y una disciplina de trabajo duro. Recuerda que en términos técnicos de laboratorio también se capacitó de forma adecuada, debido al rigor de sus profesores quienes le proporcionaron los elementos para hacer ciencia bien controlada.

Además, recuerda que en su época de estudiante en Cinvestav había apoyos para asistir a congresos y le fue posible asistir a algunos nacionales e internacionales, donde estableció redes y relaciones de colaboración. “De hecho mi primera estancia posdoctoral la conseguí en 2010 en un congreso de Colorado, donde pude hacer contacto con el profesor José Argüello, del Instituto Politécnico de Worcester, Massachusetts, quien me invito a trabajar en su laboratorio”.

Después, en 2014 realizó otro posdoctorado con Anthony N. Imbalzano, en la Escuela de Medicina de la Universidad de Massachusetts, donde fue posteriormente promovida a Research Assistant Professor. Desde 2020 realiza su trabajo científico en la Universidad de Wesleyan, institución que le ha dado la oportunidad de escalar posiciones académicas y asegurado financiamiento para su laboratorio de cerca de dos millones de dólares, aportados por uno de los fondos más grandes de Estados Unidos, The National Institutes of Health (NIH).

Ese apoyo permitirá hacer una investigación encaminada a entender cómo factores de transcripción que unen cobre ayudan a la formación del músculo esquelético; es decir, cómo este metal y factores de transcripción regulan la expresión génica para generar músculo, por el momento se encuentra en fase exploratoria donde se hace cultivo celular y experimentos de diferenciación, como los de adipocitos que Tere Padilla Benavides hizo en Cinvestav. (CINVESTAV)

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Agencias