A LA BÁSCULA

Dos caminos 

Como rounds de tanteo, el periodo de precampañas fue muy útil para los aspirantes a la gubernatura de Coahuila, así como para los ciudadanos para irle ‘tanteando el agua a los camotes’, y con ello tener una base sólida ara cuando inicien las campañas formales, de 2 de abril al 31 de mayo, periodo en el que los votantes podrán terminar de analizar bien los perfiles de los aspirantes, sus planes, sus proyectos, sus propuestas y poder entonces sí, orientar mejor su voto de una manera responsable.

Durante la etapa que terminó este domingo, la gente pudo escuchar un botón de muestra de lo que le van a ‘disparar’ los candidatos durante las campañas, es decir, si en esta que se supone que fueron campañas internas de los partidos hubo quienes no tuvieron más que ofrecer que descalificaciones, denostaciones, adjetivaciones con un fuerte tufo de promover un ambiente de encono, de confrontación, es porque no traen más que ofrecer

Del lado de los que se tratan de vender como ‘la izquierda’ el encono, el divisionismo y la confrontación se dio entre ellos mismos, incluso disputándose la bandera de ‘la cuarta transformación’, que cada una de las partes se considera propietaria del concepto, el candidato de Morena, Armando Guadiana Tijerina, por un lado; y el del PT, Ricardo Sóstenes Mejía Berdeja por el otro; y por ahí atrás como dando brinquitos a ver si le alcanza algo, Evaristo Lenin Pérez de la UDC-PVEM

Pero lo que nos han mostrado Morena y sus escisiones en Coahuila no es nuevo, ha ocurrido en muchas de las entidades del país y el ejemplo más cercano lo tuvimos el año pasado en Durango, donde arrancaron campaña con más de 20 puntos de ventaja y terminaron perdiendo por más de 15, es decir, en cinco meses dilapidaron alrededor de 35 puntos, y terminaron por perder de la manera más estrepitosa, como nunca antes lo había hecho un candidato a la gubernatura, por más de 100 mil votos.

Esto es, ese tipo de actitudes de antropofagia, no sorprenden a nadie, aunque sí por lo menos llama a la reflexión de que repitiendo ese tipo de conductas los ha llevado a derrotas que habían sido calculadas como victoria, cómo es que siguen repitiéndolas y su dirigencia nacional permitiéndoselas.

En la contraparte –y esto también algo muy similar a lo que ocurrió en Durango el año pasado-, con un gran trabajo de conciliación, de negociación y de cabildeo, se logró lo que parecía imposible, establecer una alianza con PRD y PAN, sobre todo con éste último porque los duros del blanquiazul se oponían a establecer una alianza con sus rivales históricos. Y se logró, pero no solo entre las cúpulas, sino que esa actitud de unidad en torno a un solo candidato ha permeado hasta las bases y la militancia panistas y perredistas.

Lo hemos comentado en este espacio, con el candidato Manolo Jiménez se logró lo impensable, que los ‘cacasgrandes’ del PAN se unieran y trabajaran verdaderamente, para promover al priista, hoy candidato común. Evidentemente que el reparto de posiciones ha sido un aliciente, pero ni eso cada cual en sus respectivos partidos, había logrado tal unidad y disciplina de trabajo.

Sin que fuera un solo acto en el que congregara a una gran masa, el cierre de precampaña de Jiménez Salinas, fue la asistencia a las urnas para que militantes de los tres partidos eligieran entre los inscritos al que sería su candidato, y por Manolo lo hicieron arriba de 500 mil coahuilenses en todo el Estado, lo que constituye un gran ejercicio que proyectado a los asistentes a las urnas en la constitucional, nos puede marcar la pauta de hacia dónde marca la tendencia de los ciudadanos de la entidad.

Eso, es consecuencia de varios aspectos a considerar; que Manolo es un candidato muy ‘vendible’ que no se requiere mucho para su posicionamiento, que en su discurso no se perciben mensajes de odio, de divisionismo ni de confrontación con nadie; que privilegia los aspectos que Coahuila ya tiene labrados, y que son de gran importancia como la seguridad, la salud, la educación, el empleo, el apoyo a las mujeres, y que es al final el sabor de boca que tiene la gente.

Y huelga decirlo, pero esa parte del trabajo ya se la dejó hecha el actual gobernador, Miguel Ángel Riquelme Solís, quien no está de más subrayar que desde hace varios meses aparece como el mandatario estatal mejor calificado del país, y si se le suma al menos el último año y medio, se ha mantenido entre los dos primeros lugares.

Así va siendo esto y no parece que vaya a cambiar mucho: de un lado la oferta de mantener a Coahuila seguro y en paz para que siga siendo un polo atractivo para los inversionistas nacionales y extranjeros, generador de empleo y todo lo que ofrece como consecuencia. Del otro las agresiones verbales, los insultos, el enfrentamiento, la descalificación, el odio. La gente tiene bien definidos los caminos, para que decida por cual quiere transitar los siguientes seis años.

laotraplana@gmail.com

@JulianParraIba

Autor

Julian Parra Ibarra
Es director del diario digital La Otra Plana y la revista impresa Metrópolis. En cuatro décadas de ejercicio periodístico ha trabajado en diarios como El Norte de Monterrey, La Opinión-Milenio en Torreón, Esto en la Ciudad de México y a.m. en León, Guanajuato entre otros; ha sido conductor en programas de radio y televisión. Es columnista en varios medios impresos y digitales de Coahuila y Durango.
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