Es uno de los religiosos más queridos y respetados en Saltillo
Este martes primero de febrero, el obispo emérito de la Diócesis de Saltillo, Francisco Villalobos Padilla, cumple 101 años de vida, de los cuales la mayor parte los ha dedicado a la vida religiosa.
Nacido el primero de febrero de 1921 en Guadalajara, Jalisco, el longevo religioso es el noveno de 13 hermanos e hijo de don Carlos Villalobos (+) y doña María del Refugio Padilla (+).
Cuando tenía nueve años, contrario a las actividades propias de la infancia, Francisco Villalobos jugaba a ser sacerdote, lo que sería el primer guiño de una vida destinada a su vocación definitiva. Su primer acercamiento con la Iglesia Católica fue cuando se convirtió en acólito del padre Francisco Aguinaga en el templo de Nuestra Señora del Carmen.
VOCACIÓN NATURAL
Siguiendo el ejemplo de su tío Alfonso Jaramillo Hernández, quien era sacerdote y el de sus hermanos Jorge, sacerdote jesuita y Carlos, hermano marista, ingresó al Seminario en Guadalajara, antes de cumplir 18 años. En aquel entonces, don Ignacio de Alba, quien más tarde sería nombrado obispo de Colima, fungía como rector en esta institución formativa.
A raíz de la persecución religiosa que se vivía, los primeros tres años de su formación religiosa los pasó en su propio domicilio y, de manera clandestina, asistía a clases. Una vez que el Seminario se instaló junto al templo San José Analco de la citada ciudad, se convirtió en alumno interno de esta institución; el cardenal José Salazar y los padres José y Enrique Toral fueron algunos de sus maestros.
Al mostrar habilidad para la escritura y destacando en el ámbito académico, de 1845 a 1847 quedó al frente de la redacción y publicación de la revista «Apóstol», para posteriormente ser enviado a Roma, Italia para continuar su formación.
Más tarde, el 14 de abril de 1946, en su tierra natal recibió la tonsura y cuatro días después las Órdenes Menores de Ostiariado y Lectorado. El 20 del mismo mes, el Acolitado y el Exorcistado. En Roma se hizo acreedor al Subdiaconado, por lo que el 27 de marzo de 1948 y el 18 de diciembre del mismo año obtuvo el Diaconado.
El 2 de abril de 1949 fue ordenado presbítero. En esa fecha, su Santidad Pío XII celebró 50 años de ordenación sacerdotal, por esta razón la ordenación del grupo de monseñor Villalobos Padilla se integró a las ofrendas del Vicario de Cristo. La ceremonia se llevó a cabo en la capilla del Colegio Pío Latino Latino en Roma, presidida por monseñor Alfredo Viola, obispo de Uruguay.
En la Pontificia Universidad Gregoriana obtuvo licenciatura y doctorado en Historia Eclesiástica, su preparación continuaba con éxito. De regreso en Guadalajara ofició su Cantamisa en el templo Nuestra Señora del Carmen, donde alguna vez fue acólito.
QUERIDO Y ADMIRADO
Su ministerio sacerdotal lo efectuó en el Seminario de Guadalajara, primeramente como prefecto de Latinos, luego como director del Instituto de Vocaciones Tardías. En el ámbito de la docencia, dirigió las cátedras de Historia Eclesiástica, Patrología, Francés, Historia Universal y en 1968 tomó el cargo de vicerector de dicho Seminario.
En el L’Osservatore Romano el 9 de mayo de 1971 se publicó su nombramiento como obispo auxiliar de la Diócesis de Saltillo, por tal motivo el Seminario de Guadalajara le dijo adiós con una velada literario-musical el 22 de junio de 1971.
LABOR INALCANZABLE
El 3 de agosto de 1971 el padre Francisco Raúl Villalobos Padilla fue consagrado como obispo auxiliar de la Diócesis de Saltillo por la oración consagratoria del obispo Luis Guízar Barragán en la Catedral de Santiago, en Saltillo. Años después, el 28 de octubre de 1975, Villalobos Padilla tomó posesión como obispo titular de esta organización religiosa.
En 1979 participó en la III Conferencia del Episcopado Latinoamericano, celebrada en Puebla por elección del Episcopado Mexicano y por elección representó a los obispos de México en la VI Asamblea General del Sínodo de los obispos en 1984.
Promovió el quehacer de la pastoral vocacional y fortaleció el Seminario Menor de Saltillo, al tiempo que se encargó de fundar la Escuela Secundaria y de Bachilleres “Julieta Dávila” para los seminaristas (ahora Instituto San José); instituyó y realizó la fundación y la construcción del Seminario Mayor de esta ciudad. El religioso también es reconocido por erguir las bases para la instalación de la Diócesis de Piedras Negras, además por fundar el Seminario Auxiliar de dicho municipio. Creó rectorías y parroquias al servicio de los fieles católicos.
El 26 de julio de 1996 celebró plenamente sus Bodas de Plata Episcopales y tres años después, el 31 de diciembre de 1999, el Papa Juan Pablo II aceptó su renuncia como obispo.
Fue el 20 de marzo del 2000 que le cedió el cargo de obispo de la Diócesis de Saltillo a fray Raúl Vera López, quien a su vez se convirtió también en obispo emérito tras el nombramiento de monseñor Hilario González Padilla, el 29 de enero del 2021, como nuevo obispo de la Diócesis.
PRÓXIMA CELEBRACIÓN
A raíz de que la propia Diócesis de Saltillo informó este fin de semana que el obispo emérito Francisco Villalobos Padilla resultó positivo a Covid-19, enfermedad de la que se recupera en su domicilio satisfactoriamente y sin complicaciones que agraven su salud, la misa de acción de gracias por sus 101 años se realizará el próximo sábado a mediodía.
Esta celebración en su honor se efectuará desde la Catedral de Santiago en Saltillo y podrá seguirse de manera virtual por medio de la página de Facebook «Diócesis de Saltillo» y www.eucaristream.com. (OMAR SOTO)
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