ZAGAL

Prueba PISA

Probablemente algunos de ustedes se acuerden, cuando tenían 15 años, y en la escuela les llegaron con un recado, que al día siguiente se fueran bien desayunados y bien dormidos, porque se iba a llevar a cabo un examen que duraría un tiempo considerable, donde solamente iban a existir pequeños recesos para ir al baño y era fundamental llevar un lápiz del número dos, como si este fuera la verdadera gema del infinito.

Al día siguiente, luego de seguir el protocolo previo, una vez comenzado la prueba por nuestras cabeza pasaban muchas cosas, contestando alvéolo por alvéolo, de repente nos olvidábamos de lo que hacíamos y una vez finalizado el tiempo para contestar, nos pasaba de largo el efecto que pudieran generar los resultados de lo que recién habíamos realizado.

Este tipo de pruebas nos fueron aplicados en más de una ocasión, pero existía una – sigue existiendo –  que se le conoce como prueba PISA.

La prueba PISA – que se le dice así por sus siglas en inglés – es un examen mundial, que cada 3 años organiza la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), enfocado hacía estudiantes de 15 años, el cual tiene como objetivo – ojo aquí – evaluar a los sistemas de educación, a partir de los resultados obtenidos en pruebas de lectura, matemáticas y ciencias, todo esto para abonar al mejoramiento de la educación en el mundo.

Vale la pena hacer énfasis en que la prueba PISA no califica como tal el rendimiento individual de los alumnos y/o maestros, sino que su análisis proporciona indicadores para medir la eficacia, equidad y eficiencia de los sistemas educativos, los cuales se utilizan como puntos de referencia para comparar internacionalmente el avance o rezago educativo y dar seguimiento a las tendencias en educación.

A todo esto, el análisis de los resultados 2018 fue publicado esta semana y los resultados no sorprendieron.

Como era de esperarse, gracias al nivel alcanzado por este país a lo largo de los años ha sido inmenso, China fue quien obtuvo el rendimiento más alto en todos los factores evaluados, seguido de otros dos países asiáticos que terminan por conformar el top 3 de los países con mejores resultados.

Para el caso que nos aqueja, lo de México no fue nada extraordinario, incluso se podría decir que se mantuvo en el mismo nivel del último tercio de años colocándose en la tabla general en el lugar 57 de los 79 países en lo que se aplicó la prueba.

En datos concretos, en materia de lectura, donde China obtuvo la calificación más alta con 555 puntos, la OCDE fijó el promedio en 487 puntos; México obtuvo 420.

De los 590 puntos que se obtuvieron como máxima calificación y la menor que fue 336 en materia de ciencia, el promedio se estableció en 489, para la cual México alcanzó 419 puntos.

Por último, en materia de matemáticas, el promedio entre la más alta (591) y la más baja (325), fue igualmente 489. En ese rubro, México obtuvo su peor rendimiento con 409 puntos.

En fin, es una realidad que no se puede comparar a México con gran parte de los países que ocupan los primeros lugares, puesto que las condiciones socioeconómicas y culturales no son para nada similares. Los resultados de esta prueba deben de interpretarse con base en el contexto real y social del país antes de realizar afirmaciones de catástrofe que no llevarían a mejorar el sistema educativo.

Lo que también es cierto, es que como sociedad también nos toca asumir responsabilidad de los – malos o no-  resultados, sobre todo para quienes actualmente oscilan en la edad de 15 años, o aquellos que tienen interacción con alguien de dicha edad, puesto que la prueba no solo valora, y me consta al igual que a muchos, los conocimientos que se adquieren en la escuela, sino también aquellos que se enseñan en la casa y en el ambiente donde se desenvuelven.

Queda claro que en México, estamos lejos de conseguir lo que la sociedad mundial exige y presume tanto, pero también hay que nosotros dejar en claro, que el estudiante mexicano es único en su esencia y en su forma de hacer las cosas y demostrar que los resultados de una prueba no dicen nada del potencial que como juventud tiene nuestro país.

Reciban un saludo, muchas gracias. Nos leemos la próxima semana.

 

Twitter – @Dan_Fdz

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El Heraldo de Saltillo
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