Pensando en seguridad alimentaria, se debería estar buscando alternativas que permitan mejorar la productividad y el uso de la ciencia es la respuesta, no hay más
Ante la iniciativa de ley de Humanidades, Ciencias y Tecnología, presentada hace unas semanas en el Senado de la República, la cual busca limitar el estudio y uso de Organismos Genéticamente Modificados (OGM), científicos del Cinvestav hicieron un llamado a las autoridades y a la población a no tener miedo en el uso de estas tecnologías.
En ese sentido, José Luis Leyva, Secretario de Planeación de este Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav), comentó que cuando se emplea el término transgénico parece dar mucho miedo, pero es un concepto importante para el desarrollo regional y de la seguridad alimentaria del país, porque se enfoca justamente en la parte agrícola.
“No deberíamos tener miedo a esa palabra. Si se necesita más información al respecto, los centros de investigación pueden ayudar con conocimiento científico para legislar correctamente”. En ese sentido mencionó que el país debe utilizar a sus científicos y tecnólogos para a esclarecer estos miedos.
Por su parte, Beatriz Xoconostle Cázares, investigadora del Departamento de Biotecnología y Bioingeniería del Cinvestav, explicó que en el país se están haciendo especulaciones sobre la importancia que tiene el uso de variedades genéticamente mejoradas, porque no se ha permitido su ensayo masivo, pero haciendo una comparación con lo que se tiene en otros países, hay una clara ventaja.
“Si nosotros seguimos especulando y pensando teóricamente si conviene o no, otros países ya nos están llevando mucha ventaja y la consecuencia de ello es que nos vamos a convertir en importadores netos de todas esas tecnologías”, explicó la experta en biología de plantas.
También, aseguró que la ciencia sigue avanzando y viene una nueva generación de tecnología, como la edición de genomas que haría realidad la producción de nuevas variedades, que aquí no se van a regular, pero sí se van a tener que comprar y que no se han obtenido por el principio de precaución ante las nuevas tecnologías y que México ha tenido una enorme timidez en promoverla.
La experta comentó que en México todavía no se tienen muchos ejemplos de esta tecnología, pero a nivel internacional existe muestra suficiente de que es una herramienta relativamente fácil de usar.
De hecho, el Cinvestav está generando materiales con tolerancia a plagas y enfermedades de varios productos agrícolas, como es el caso de nuevas variedades de soya y de café que no son genéticamente modificados, y ya se pueden emplear en sistemas de productos mexicanos que tienen esas necesidades. Como esos productos, se requiere diversificar más la oferta ante la demanda de solución de problemas particulares en todo el país.
El propósito del Cinvestav es impedir el rezago en el desarrollo y uso de esta tecnología, “porque ya ha ocurrido con transgénicos o con otras herramientas; y no es posible que no avancemos. De manera inclusiva se deben considerar muchas opiniones, pero si el objetivo común es ver por un mejor país con un mayor desarrollo regional, a largo plazo, estas son las herramientas que lo van a permitir”, alertó la investigadora.
En ese sentido, Xoconostle Cázares dijo que pensando en la seguridad alimentaria deberíamos buscar alternativas que nos permitan mejorar la productividad. Solamente el uso de desarrollos tecnológicos basados en ciencia sólida va a permitir abordar estos temas de manera seria, de otra forma nada más vamos a estar en retórica y no vamos a llegar a algún lado”, opinó. (CINVESTAV)
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