Amor y enamoramiento

El Dr. Alexander O. Krouham habla de la importancia de las relaciones y los procesos químicos que esto conlleva

El amor y el enamoramiento no deben explicarse, deben vivirse y sentirse, no obstante, es muy importante que se reconozcan varios puntos al respecto.

En primer lugar, se debe recordar que el tema de relaciones interpersonales es uno de los puntos fundamentales del estilo de vida de las personas e influye directamente en su estado de ánimo. Para fines prácticos, como vivimos, como nos vinculamos y como son nuestras relaciones, va a tener un impacto primordial en todo el estado de salud, tanto mental como físico, además de involucrar muchas otras áreas. Con lo anterior, se entiende que esto repercute de manera dramática en todo el funcionamiento del organismo.

En segundo lugar, se tiene que reconocer cómo y dónde se integra la percepción de amor y enamoramiento. En términos neurológicos, la corteza cerebral es el área que permite incorporar y analizar la información a través de la cual reconocemos y de alguna forma entendemos el mundo en que vivimos. En esa área es donde se encuentra el centro del lenguaje, es por eso que podemos describir perfectamente los atributos de todo aquello que nos rodea. Podemos hablar de la forma, el tamaño e incluso elaborar respecto a lo que nos hace sentir.

Muy distinto, sin embargo, cuando conectamos con los núcleos interiores del cerebro, el llamado cerebro reptiliano, a través de los cuales percibimos las emociones. Estas áreas no están conectadas con el centro del lenguaje por lo que nos es prácticamente imposible describir esas sensaciones, simple y sencillamente sabemos como nos sentimos o la emoción que evoca el contacto con alguien o con algo específico.

Esta es la razón por la que podemos sentirnos atraídos hacia una persona, sentir una “buena vibración” o, al contrario, repelidos sin poder siquiera describir el porqué, no hay palabras ni lenguaje que nos ayude para comunicar esa sensación. Sin juzgar, debemos darnos la oportunidad de reconocer esas emociones sin buscar describirlas o analizarlas, sino más bien permitirnos sentirlas, ser honestos con nuestra percepción y dejarnos ir.

Mecanismos por los que nos enamoramos

Por qué nos enamoramos, es una cuestión multifactorial que depende no solamente de la persona en lo particular, sino del entorno social, cuestiones culturales, intereses compartidos, entre otros.

Uno de esos elementos son las hormonas, y entre ellas la que juega un papel preponderante es la oxitocina. Es la “hormona del amor”. A través de ella nos enlazamos con las personas y estrechamos nuestros vínculos afectivos. Es tan importante esta hormona que en situaciones de estrés es producida por la hembra motivando una conducta de protección y cobijo de sus críos, a diferencia del macho que responde produciendo adrenalina para luchar o salir huyendo del agresor.

Al enamorarnos también producimos mayores cantidades de otras hormonas como la serotonina, la hormona del bienestar, y la dopamina, que juega un papel importante en la gratificación. Todos estos cambios tienen un impacto biológico crítico, mejorando la presión arterial, la función cardiovascular y la actividad inmunológica entre otros muchos efectos.

Feromonas

Desde el punto de vista biológico, existen elementos como las feromonas, que son sustancias químicas que muchos seres vivos producen para generar una respuesta social en los individuos que lo rodean. Estas feromonas no son solamente de estímulo sexual, también las hay de alarma y de comunicación y está demostrado que están presentes tanto en insectos como en vertebrados.

¿Cómo funcionan?

Percibimos las feromonas a través del olfato, que es la comunicación más directa con el cerebro. Las terminaciones nerviosas que conducen las sensaciones olfatorias se comunican directamente con el cerebro con una estructura conocida como “circuito de la furia” y que juega un papel fundamental en la percepción de emociones. Si una persona emite esos químicos de estimulación sexual, nosotros los percibimos a través del olfato, generando una respuesta en el organismo y contribuyendo a esta sensación de enamoramiento.

¿Nos enamoramos de patrones definidos?

Esta sensación tiene que ver con cuestiones sociales, culturales y de experiencias de vida. Entre otras cosas el apego a figuras paternas o maternas que pueden depender de la pretensión de suplir alguna carencia que se tuvo en algunas etapas de la vida o, al contrario, revivir una relación muy estrecha y sólida que haya existido con esas personas a fin de reproducir vivencias.

¿Es positivo o no estar enamorados?

Ciertamente lo es, ya que genera unas sensaciones positivas, tanto en estados emocionales como en estados biológicos y de salud.

Está demostrado que vivir en pareja extiende la expectativa de vida tanto en hombres como en mujeres. En estudios realizados sabemos que los hombres que tienen una relación estable, en promedio viven 7 años más, y las mujeres viven en promedio 2 años más que las que no se encuentran en una relación. El beneficio para el varón proviene de que la influencia de su conyugue incrementa su vinculación social, mejora sus patrones de conducta en alimentación, reduce la práctica de actividades peligrosas y genera un sentido de responsabilidad creando estructura en sus vidas. En el caso de la mujer el impacto depende básicamente de una mayor estabilidad económica.

Tomemos las relaciones como una oportunidad de vivir, sentir y gozar, dejándonos ir y explorar lo desconocido para encontrar sentimientos y emociones maravillosas.

 

Autor

Agencias