El Hotel Hacienda 1800, ubicado en el Pueblo Mágico de Cuatro Ciénegas, Coahuila, será el anfitrión durante tres semanas de enero, del rodaje de Actos de Dios, obra de este artista mexicano que pertenece a la Galería Labor y que será curada por la prestigiada Magali Arreola.
La obra es protagonizada por Rafael Sánchez Navarro, Gabino Rodríguez y Luisa Pardo.
Este hotel boutique, ubicado en uno de los más reconocidos Pueblos Mágicos de Coahuila, será el anfitrión para albergar al equipo de producción y al artista que durante tres semanas estará filmando en las espléndidas locaciones naturales de Cuatro Ciénegas.
Será Cuatro Ciénegas, pueblo de menos de 14 mil habitantes, donde se filme la película de Vargas-Lugo y donde increíblemente se encuentran testimonios del origen de la vida. Dunas en el desierto blanco, pozas con especies endémicas, parques ecológicos, una mina de mármol y montañas espléndidas que serán parte primordial de la escenografía.
Pablo Vargas-Lugo fue el seleccionado por el Instituto de Bellas Artes (INBA) para representar a México en la próxima edición de la Bienal de Venecia –a celebrarse en mayo próximo–, y promoverá no sólo su arte y talento sino una de las locaciones más espectaculares del país.
Del 11 de mayo al 24 de noviembre de 2019 tendrá lugar la 58 Bienal de Venecia, uno de los foros para el arte contemporáneo más antiguos y con mayor proyección a nivel internacional. Realizada cada dos años, la Bienal funge como el termómetro global para la creación artística, y constituye uno de los espacios de peregrinaje más esperados para los profesionales del arte. La Bienal de Venecia es sin duda el punto de encuentro para artistas, curadores, coleccionistas y patronos, en el que convergen no sólo la mirada de avanzada de los creadores sino, también, las posturas visionarias de sus patrocinadores.
Desde 1885, la bienal de Venecia se ha posicionado como el evento artístico que reúne en una exposición central lo mejor del arte contemporáneo internacional, a la par de los Pabellones Nacionales en los que se presenta de manera satelital, y en diálogo con la exposición central, la producción artística más relevante de cada país. Desde 2009 la presencia de México ha generado grandes expectativas en el ámbito internacional.
A diez años de la primera representación nacional, el proyecto de Pablo Vargas Lugo fue seleccionado para representar nuestra escena artística, colocándolo como uno de los artistas más relevantes de su generación.
Curado por Magalí Arriola, dicho proyecto se posicionará como una de las producciones artísticas más importantes del 2019 no sólo por su calidad y su pertinencia conceptual, sino también por su nivel de aforo en el contexto internacional (se espera que de 150 a 200 mil personas visiten el Pabellón de México en Venecia) y nacional (al terminar la Bienal, una institución museística en México albergará el proyecto para su presentación ante el público local).
SOBRE EL ARTISTA
Pablo Vargas-Lugo (México, 1968) es uno de los artistas más relevantes de su generación cuya obra destaca por los enigmas visuales y conceptuales que establece a partir de un diálogo entre disciplinas como la astronomía, la cartografía o la arqueología. Su interés por la naturaleza y los materiales, lo antiguo y lo sagrado, la historia de las religiones o la ciencia ficción, le ha permitido desplazar las jerarquías y re-imaginar las clasificaciones que suelen estructurar el pensamiento occidental. La práctica de Vargas Lugo ha destacado en el contexto nacional por su manera de incorporar referencias a la cultura local, como las culturas prehispánicas, y de trastocarlas con humor, re-significando nuestras ideas acerca de la construcción del pasado y la edificación del futuro. A través de sus dibujos, esculturas, pinturas, videos e instalaciones, Vargas Lugo provoca una dislocación del pensamiento al poner en tela de juicio los ritos y convenciones que estructuran los sistemas y lenguajes propios a distintos contextos sociales e imaginarios culturales.
SOBRE LA OBRA
ACTOS DE DIOS es un proyecto sobre narrativas fundamentales, específicamente aquellas enraizadas en la fe, que sostienen muchos de los valores sociales y culturales desarrollados por los países de Occidente y encarnados en las instituciones de política, justicia y gobierno. La propuesta cobra relevancia en tiempos en los que el concepto de post-verdad –también llamado la “mentira emotiva”– ha llevado a cuestionar el modo en el que una proposición se adecúa al estado fáctico y
certero de las cosas. Este proyecto se adentra a revisar la cultura que emana de una serie de creencias ligadas al universo simbólico de la fe cristiana.
De tal forma, no solo echa mano de sus mitos y leyendas para generar una fábula especulativa acerca de cómo se generan dichas creencias, y de qué pasaría si imaginásemos otros desenlaces para ellas; ACTOS DE DIOS se refiere, también, y de manera más amplia, al tipo de formaciones sociales que dichas creencias representan. Así, se inicia una reflexión acerca de cómo podemos vislumbrar nuevos acuerdos sociales y formas de convivencia en un momento histórico en el que fenómenos como el nacionalismo, el fundamentalismo y la intolerancia van en ascendencia.
A la manera de la película El Evangelio según San Mateo de Pier Paolo Pasolini, ACTOS DE DIOS vuelve visitar una de las narrativas más contadas en la historia de Occidente y adopta una perspectiva contemporánea. El proyecto aspira a generar y desarrollar vínculos que conecten, modifiquen y nos permitan sobrepasar las divisiones que definen nuestros sistemas de conocimiento, así como los modos mediante los cuales percibimos, representamos y nos relacionamos con el mundo del que somos parte. ACTOS DE DIOS toma la forma de dos películas digitales de aproximadamente diez minutos de duración, cada una compuesta por alrededor de 40 cortes. Ambas cintas compartirán tomas de los mismos planos; dichas tomas se editarán de dos maneras distintas para ser proyectadas simultáneamente. La producción debe imaginarse como una película construida con base en aquellas tomas que hubiesen sido rechazadas por el hecho de conllevar un error de filmación que, a manera de parábola, apunta hacia un cuestionamiento de la narrativa redentora del guión original. La totalidad de la filmación se realizará en Cuatro Ciénegas, Coahuila, y alrededores (reserva de la biósfera) con un equipo técnico y creativo de 14 personas, complementado por un grupo de actores y extras locales.
Además de la película, se incorporarán una obra más de carácter escultórico así como una instalación hecha con pigmentos de colores que no sólo establecerán un diálogo estrecho con elementos formales y conceptuales de la película sino, también, con el entorno ecológico de Cuatro Ciénegas.
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