CARLOS RAMÍREZ
AMLO: crear su propio régimen con sus propias fuerzas armadas
A pesar de la vaporosidad de la política, el candidato morenista Andrés Manuel López Obrador está adelantando su agenda presidencial: la liquidación del sistema/régimen/Estado priísta.
Nacido y cincelado dentro del PRI, ha entendido que los gobiernos opositores no funcionan por la dependencia de las estructuras de poder del PRI. Con el PRI hundido en el tercer sitio, López Obrador está convencido que esas estructuras acotarán sus planea populistas.
De ahí que esté adelantando su catálogo de reformas sistémicas para redocumentar las relaciones de su presidencia sin depender de los protocolos priístas. Por eso busca vencer antes de las elecciones a los sectores invisibles del PRI: doblegar a los empresarios, pactar con la jerarquía eclesiástica, redefinir relaciones con los EE.UU., establecer nuevas formas de control de medios vía publicidad oficial, renegociar acuerdos con los intelectuales y catapultar los movimientos sociales para su estrategia de presión-tensión desde las calles.
Los mensajes agresivos de López Obrador contra las fuerzas armadas responden a su modelo de reorganización de instrumentos, grupos y pactos. No importa que las fuerzas armadas sean la institución que haya sostenido la viabilidad republicana ante la guerrilla, las protestas sociales radicales y rupturistas y el crimen organizado. Aunque están fuera del PRI corporativo desde 1946, López Obrador quiere transformar las actuales fuerzas armadas institucionales en un cuerpo funcional al nuevo gobierno morenista. Es decir, regresar al esquema del PRI de Plutarco Elías Calles, sólo que con Morena.
Este modelo ha funcionado en regímenes producto de movimientos revolucionarios: Cuba, Venezuela, Nicaragua, entre otros. Para construir sus propias fuerzas armadas, López Obrador necesita destruir las existentes. La afirmación de que “las fuerzas armadas deben de dejar de ametrallar a diestra y siniestra” fue injusta porque los daños colaterales han sido imprevisibles y de respuesta a ataques, pero en el fondo le van a servir para concluir que su México necesita otro cuerpo castrense.
Elías Calles fundó el sistema político priísta no sólo con el Partido Nacional Revolucionario –abuelo del PRI–, sino a partir de un acuerdo de hegemonía presidencial pactado en “La junta de generales” el 5 de septiembre de 1928. El ejército sirvió para consolidar el régimen republicano posterior a Díaz sin definir el contenido del sistema. Y lo hizo como cuarto sector cardenista del PRI, como grupo aliado hasta 1982 y de manera profesional desde 1983.
Las fuerzas armadas ya reafirmaron su lealtad y profesionalismo con el mensaje de que no se involucrarán en el proceso electoral –y lo probaron en los dos sexenios presidenciales del PAN–, pero López Obrador necesita de sus fuerzas armadas funcionales a su proyecto populista de gobierno. Es decir, quiere regresar a las fuerzas armadas al modelo cardenista de sector corporativo de un grupo en el poder.
La meta de López Obrador es un nuevo sistema/régimen/Estado López Obrador. Sólo que a su proyecto le faltan votos: su victoria tendría sólo un tercio electoral, en tanto que los populismos latinoamericanos nacieron de más de 50% de votos. Por eso López Obrado necesita de su propio poder pretoriano.
Política para dummies: La política es tan secreta que no puede ser ocultada.
Si yo fuera Maquiavelo: “(Hierón de Siracusa) licenció al antiguo ejército y creó uno nuevo; dejó amistades viejas y se hizo de otras: y así, rodeado por soldados y amigos adictos, pudo construir sobre tales cimientos cuanto edificio quiso; y lo que le había costado adquirir, poco le costó conservar”.
Sólo para sus ojos:
Además de las noticias falsas existen las noticias o enfoques tergiversados. La prensa liberal estadunidense quiere crear un ambiente que pregunta el fin de la Segunda Enmienda para la posesión libre de armas, pero las protestas buscan sólo acotarla y no cancelarla. Una encuesta dice que apenas el 20% quiere terminar con ese derecho. Por eso ven a Donald Trump muy tranquilo en este tema.
Muy concurrida la fiesta de setenta años del ex presidente Salinas de Gortari, con la presencia del presidente Peña Nieto. Con astucia, López Obrador dejó pasar el hecho porque no quiere ayudar al PRI con críticas.
Famosas últimas palabras: “Lopitos”, apodo contra López Obrador por Vicente Fox, a quien el primero le puso chachalaca.
@carlosramirezh
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