Boston, Massachusetts, Estados Unidos.- Un grupo de científicos ha descubierto que el consumo de queso podría provocar pesadillas, según un artículo publicado este martes primero de julio en la revista ‘Frontiers in Psychology’.
Durante años, la creencia de que el queso da “malos sueños” fue parte de la creencia popular. Sin embargo, esta investigación es la primera en abordar el fenómeno con metodología científica seria.
El estudio, liderado por el Dr. Patrick McNamara de la Universidad de Boston, sugiere una conexión entre el consumo nocturno de queso y un aumento en la frecuencia e intensidad de las pesadillas.
El estudio analizó los hábitos de sueño y alimentación nocturna de más de 300 adultos durante varias semanas. El hallazgo más notable: los participantes que consumieron queso antes de dormir reportaron más sueños vívidos y un aumento en las pesadillas recurrentes.
Según McNamara, la clave estaría en los péptidos bioactivos que contiene el queso, sustancias que pueden influir en la actividad neurológica y alterar el patrón del sueño REM. En esta fase del sueño, los sueños son más intensos y emocionalmente cargados.
Al parecer, los compuestos del queso alteran la regulación de neurotransmisores como la dopamina y la serotonina, elementos claves para la arquitectura del sueño. Esto no solo afecta las pesadillas, sino también la intensidad emocional de los sueños.
En este sentido, explicó que las pesadillas son más intensas en personas con intolerancia a la lactosa que padecen síntomas gastrointestinales graves y ven interrumpido su sueño. “Nos preguntan rutinariamente si la comida afecta los sueños, especialmente por parte de periodistas en festividades gastronómicas. Ahora tenemos algunas respuestas”, concluyó.
Aunque no todos los quesos afectan igual, el estudio sugiere que variedades curadas o fermentadas como el cheddar o el azul son las más propensas a generar alteraciones. El contenido de triptofano, caseína y tiramina en estos productos podría desencadenar hiperactividad cerebral nocturna, especialmente en personas con sensibilidad al estrés o trastornos del sueño.
Aunque el estudio demuestra una correlación, no implica causalidad directa. No todas las personas que comen queso tienen pesadillas, y algunas incluso reportaron sueños más interesantes o creativos.
Sin embargo, si eres de los que despiertan en la madrugada sudando tras un sueño extraño, quizá deberías repensar tu merienda nocturna. Evitar el queso 2-3 horas antes de dormir, especialmente los curados, podría ser una estrategia simple para mejorar la calidad del sueño. (EL HERALDO)
https://www.frontiersin.org/journals/psychology/articles/10.3389/fpsyg.2025.1544475/full