La evolución del trading en México y su popularidad en LATAM

 El trading, entendido como la compra y venta de activos financieros con el objetivo de obtener ganancias en el corto o mediano plazo, ha dejado de ser exclusivo de corredores bursátiles y grandes inversionistas institucionales. En México, esta práctica ha evolucionado de manera significativa en las últimas décadas, impulsada por la tecnología, el acceso a Internet y un creciente interés por parte del público joven y digitalmente activo.

En este artículo exploraremos cómo ha cambiado el panorama de los negocios en línea en este lugar, desde sus orígenes hasta la era digital actual, y compararemos su desarrollo y popularidad con el de otros países latinoamericanos.

Del piso de remates a la computadora

Durante gran parte del siglo XX, el trading en México estuvo reservado para grandes inversionistas y empresas que operaban directamente a través de casas de bolsa. Las transacciones se realizaban en el piso de remates de la Bolsa Mexicana de Valores (BMV), y el acceso para el público general era prácticamente nulo. Los inversionistas individuales apenas podían participar mediante la asesoría de un ejecutivo de cuenta, con costos elevados y sin posibilidad de control directo.

Todo comenzó a cambiar a finales de los años 90 y principios de los 2000, cuando las plataformas digitales y el uso de Internet comenzaron a democratizar el acceso a los mercados financieros. Surgieron servicios de intermediación electrónica que permitieron a los usuarios ejecutar órdenes desde una computadora, sin la necesidad de acudir físicamente a una casa de bolsa.

El salto digital: plataformas móviles y acceso masivo

La verdadera revolución llegó en la última década, con el auge de las app de trading móviles y las fintech. Hoy, cualquier persona con un smartphone y una cuenta bancaria puede abrir una cuenta en plataformas de renombre o incluso brokers internacionales.

Estas herramientas ofrecen interfaces intuitivas, comisiones bajas o incluso inexistentes, y materiales educativos gratuitos, lo que ha eliminado muchas de las barreras que antes hacían de esta una actividad elitista. El acceso a los mercados internacionales, incluyendo acciones de EE.UU., ETFs y criptomonedas, es ahora una posibilidad real para el trader mexicano promedio.

Además, la pandemia de COVID-19 aceleró este proceso: con más tiempo libre, acceso a redes sociales y un entorno de tasas de interés bajas, miles de mexicanos comenzaron a interesarse por el trading como alternativa de ingreso o inversión.

Cambios culturales y generación digital

Este auge no se explica sólo por factores tecnológicos. El cambio cultural también ha jugado un papel clave. Las nuevas generaciones —millennials y centennials— están más dispuestas a tomar riesgos, experimentar con modelos de ingresos digitales y adoptar herramientas tecnológicas para gestionar su dinero. El trading encaja perfectamente en esta mentalidad: ofrece inmediatez, autonomía y una sensación de control financiero.

En redes sociales como TikTok, YouTube e Instagram, abundan los influencers financieros y “traders” que comparten estrategias, resultados y consejos (no siempre confiables), lo que genera un efecto de contagio entre sus seguidores. Este fenómeno ha contribuido a que el trading deje de verse como algo lejano o intimidante.

¿Qué tan popular es esta actividad en América Latina?

Aunque el interés por esta clase de negocios ha crecido en toda América Latina, no todos los países lo han adoptado con la misma intensidad ni velocidad. México ocupa una posición intermedia dentro de este ecosistema.

  • Brasil lidera la región en cuanto a participación bursátil. Con la Bolsa de São Paulo (B3) como plataforma central, el país ha logrado integrar a millones de inversionistas minoristas. Programas de educación financiera, plataformas cada vez más innovadoras y una cultura de inversión más extendida explican su liderazgo.
  • Argentina tiene una comunidad de traders muy activa, especialmente en forex y criptomonedas, en parte como respuesta a la inestabilidad económica y restricciones cambiarias.
  • En Chile, el ecosistema es más ordenado y formal, con una adopción creciente de plataformas de inversión digital, pero todavía concentrado en una élite urbana.

México: ¿a dónde hay que echar el ojo?

En comparación, México ha visto un crecimiento notable en número de cuentas de inversión en los últimos años (más de 6 millones en 2024, según datos de la CNBV), pero la mayoría de los usuarios aún tienen portafolios pequeños y realizan pocas operaciones mensuales. El reto sigue siendo educativo y cultural: aún existe desconfianza en los mercados, poco conocimiento de productos financieros y temor al riesgo.

Sin embargo, el crecimiento es prometedor. La entrada de nuevas fintechs, la mejora en la regulación y la presencia de actores internacionales están haciendo del mercado mexicano uno de los más atractivos y dinámicos de la región.

Consideraciones finales

El trading en México ha recorrido un largo camino: de ser una actividad exclusiva, lenta y burocrática, ha pasado a ser una opción viable y accesible para millones de personas con conexión a Internet. Aunque todavía enfrenta desafíos culturales y educativos, su evolución tecnológica y el cambio generacional están allanando el camino para que México se consolide como uno de los hubs de negocios más importantes de Latinoamérica.

La clave hacia el futuro estará en seguir fortaleciendo la educación financiera, mejorar la regulación, y promover el uso responsable de estas herramientas. Así, esta actividad podrá dejar de ser una moda y convertirse en una práctica sostenible y beneficiosa para la economía individual y nacional para el país.