Varsovia, Polonia.- ¿Cuánto puede pesar la opinión de una estrella de fútbol sobre el jefe de un equipo? Los recientes acontecimientos sucedidos en la Selección Nacional polaca muestran como Michał Probierz, director técnico del conjunto polaco, dimitió este jueves 12 de junio, con lo que pone fin a una corta trayectoria en la que ha acumulado malos resultados y polémicas, entre ellas y la más importante con Robert Lewandowski, capitán y figura de las Águilas Blancas.
La bomba estalló tras semanas de creciente tensión, desencadenada por un conflicto que expuso no sólo una fractura interna en el plantel, sino también la profunda desconexión entre la conducción técnica y el mayor emblema del fútbol polaco: Robert Lewandowski.
Todo comenzó cuando Probierz decidió quitarle el brazalete de capitán a Lewandowski y entregárselo a Piotr Zieliński. La decisión, que según trascendió fue comunicada “por teléfono”, sorprendió no sólo al delantero del Barcelona sino también a los aficionados y a buena parte del ambiente futbolístico. La respuesta del goleador no se hizo esperar: anunció que no volvería a jugar para su selección mientras Probierz continuará en el cargo.
Con 36 años, 158 partidos internacionales y 85 goles con la camiseta blanca y roja, Lewandowski no es un jugador más. Fue capitán de Polonia durante una década y, pese a su edad, atraviesa un momento estelar: acaba de cerrar una gran temporada en el Barcelona, donde fue el segundo máximo goleador de ‘La Liga’ y conquistó tres títulos.
Probierz, que había asumido el cargo en septiembre de 2023 tras la salida de Fernando Santos, dirigió 21 partidos: ganó 9, empató 5 y perdió 7. Su ciclo, aunque breve, estuvo marcado por altibajos futbolísticos y, sobre todo, una errática gestión del grupo. Perdió la Liga de Naciones, fracasó en la Eurocopa de Alemania 2024 (donde sumó un solo punto en la fase de grupos) y terminó enfrentado con su capitán histórico.
El último partido de Probierz como seleccionador polaco fue la derrota por 1-2 ante Finlandia en Helsinki el martes, en un partido de clasificación para el Mundial de 2026.
Curiosamente, el entrenador había descartado presentar su dimisión en la rueda de prensa posterior a ese encuentro y afirmó saber “cómo salir de la crisis”.
La selección polaca aún tiene cinco partidos de clasificación y un partido amistoso pendientes hasta finales de año, comenzando en septiembre. (EL HERALDO)