‘Segundo cerebro’: mantenlo en forma

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Monterrey, NL.- ¿Sabías que tu intestino es considerado como un segundo cerebro? Existe algo llamado “eje intestino-cerebro”, que significa que el cuerpo tiene una comunicación bidireccional entre intestino y cerebro, lo que en términos prácticos quiere decir que la salud del sistema digestivo influye en el cerebro y viceversa.

Es por eso que el sistema nervioso entérico, en conjunto con la microbiota intestinal (el conjunto de microorganismos en el tracto digestivo), desempeñan un papel crucial en esta conexión.

Hay neurotransmisores como la serotonina (reguladora del estado de ánimo y emociones) que se producen en el intestino al consumir ciertos alimentos, explica Tania Zertuche, médica internista con especialidad en medicina integrativa y directora de Bienestar y Prevención del TecSalud.

Por ejemplo, la serotonina aumenta con la ingesta de productos altos en triptófano, un aminoácido esencial. Lo tienen las legumbres, frutas, verduras, frutos secos, semillas, entre otros alimentos.

“Si tenemos una alteración de la microbiota intestinal por una mala o deficiente alimentación no podemos generar ese tipo de moléculas que nos ayudan a sentirnos más contentos, más tranquilos, más en paz”, dice Zertuche.

Hasta hace unos años no se hablaba de la microbiota intestinal, antes conocida como flora intestinal, pero cada vez son más las investigaciones que comprueban una relación entre la alimentación y el estado anímico de una persona, incluso con enfermedades mentales y crónicas.

Las bacterias son los microorganismos más abundantes de la microbiota; por eso la importancia de consumir alimentos que reproduzcan buenas bacterias.

“Se reproducen gracias a la fibra las buenas bacterias, disfrutan o viven mucho de la fibra, entre más alta en plantas la dieta, más altas en fibra”, indica la también directora de Health4Life del Tec Salud.

“El consumo de fibra se recomienda que sea arriba de 20 a 25 gramos por día, o inclusive más, pero se sabe que en las dietas occidentales actuales realmente el consumo de fibra es mucho menor, un promedio de entre 15 y 18 gramos de fibra por día”.

Algo que se ha ido popularizando es el consumo de probióticos, que son bacterias de buena calidad que encuentras en suplementos o alimentos fermentados como el kéfir, la kombucha o el yogur.

Zertuche indica que hay investigaciones en el campo de la salud mental que arrojan que el uso de probióticos ha sido favorecedor para personas con depresión o ansiedad, al haber una mejoría de síntomas. “Esos estudios experimentales todavía son pequeños, pero sí están demostrando esa importancia en las relaciones entre enfermedades como depresión, bipolaridad, con cierto tipo de alimentación”, agrega la especialista de TecSalud.

“En estas enfermedades no es nada más el tema de la fibra, hay muchas otras cosas, como el consumo de Omega 3, disminuir grasas saturadas, azúcares, esto asociado a mejores resultados sintomáticos”.

En general, las bacterias del intestino envían estímulos al sistema nervioso dependiendo de lo que una persona consume, señala la nutrióloga Zuliney Cortez, de la Clínica Balaam, especializada en obesidad y bienestar hormonal en San Pedro.

“Lo que buscamos es un equilibrio entre los microorganismos que crecen en nuestra microbiota, entonces queremos que sea mayor la cantidad de bacterias buenas que de virus o bacterias patógenas, cosas que nos puedan dañar”, dice Cortez.

“Entonces, si yo no le estoy dando alimento a mis bacterias buenas, crecerán más las bacterias patógenas, y eso es lo que me va a enfermar”.

Los primeros síntomas cuando no se tiene una microbiota saludable pueden ser inflamación abdominal y una baja energía.

El estrés y una mala calidad del sueño también pueden afectar la microbiota porque provocan que el intestino no absorba bien los nutrientes.

El uso de antibióticos también daña la microbiota porque además de que eliminan las bacterias dañinas, también barren con las beneficiosas.

“Cuando estamos teniendo una alimentación equilibrada nos sentimos mejor, no tenemos estos temas de inflamación, nuestro sistema se siente bien y por ende nos sentimos bien también anímicamente”, señala la nutrióloga Cortez.

“Sí creo que es por esta relación que hay entre la salud de nuestro cerebro y la salud de nuestro estómago, de nuestro tracto digestivo. He visto cambios en que al tener una alimentación equilibrada y saludable, anímicamente están mejor”.

La diversidad en la dieta, agrega, aportará mayores beneficios, por lo que recomienda no limitarse a comer, por ejemplo, únicamente tres tipos de frutas o tres tipos de verduras o sólo un tipo de carne, sino ampliarla lo más posible.

Antes de tomar algún suplemento, la sugerencia es siempre acudir con un especialista a una valoración.

Hacer actividad física, tener una higiene del sueño y realizar ejercicios de “mindfulness” son herramientas adicionales y comprobadas que te ayudarán a mejorar tu calidad de vida.

FORTALECER LA MICROBIOTA

Incluye en tu dieta alimentos que sean beneficiosos para tu intestino.

– Frutas y verduras

– Legumbres, como lentejas y garbanzos

– Cereales integrales

– Frutos secos y semillas

– Yogur natural sin azúcar

– Aceite de oliva extra virgen

– Pescado azul

*Se recomiendan especialmente alimentos altos en fibra. Recuerda tener una alimentación variada y equilibrada.

SÍNTOMAS DE ALERTA

Éstos son síntomas de que tu microbiota puede estar dañada:

– Inflamación abdominal

– Gases frecuentes

– Estreñimiento

– Cólicos intestinales

– Heces con un olor muy desagradable

– Poca energía

PROBIÓTICOS AL RESCATE

– Los probióticos son alimentos o suplementos que contienen microorganismos vivos que ayudan a mantener o mejorar las bacterias buenas de la microbiota.

Algunos ejemplos son el kéfir, la kombucha y el chucrut.

La recomendación es acudir primero con un especialista para que te haga una valoración. (AGENCIA REFORMA)

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Agencia Reforma
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