EL HOMBRE DE BILBAO

 

En el municipio  lagunero de Viesca, Coahuila, se hizo el descubrimiento de una osamenta  prehispánica, la cual fue descubierta por un grupo de  motociclistas que se encontraban recorriendo las conocidas como Dunas de Bilbao, ubicadas en el municipio lagunero antes mencionado, esto al transitar con sus máquinas por un cráter y remover la arena, cuando dentro de el cráter descubrieron restos de un esqueleto completo. Pensando que podía ser producto de un delito, dieron aviso a las autoridades policiacas de la región, para que se hicieran cargo de las investigaciones correspondientes.

El Instituto Nacional de Antropología e Historia  dio a conocer el descubrimiento  de la osamenta prehispánica, concluyendo después de sus estudios e investigación  de la osamenta encontrada en las Dunas de Bilbao que se trataba de un cazador recolector, del cual se encontró un cráneo y gran parte de su cuerpo, desde luego, de los huesos que formaban parte de su cuerpo. Es de destacar el hecho de que junto a la osamenta se encontraron una navaja, un pectoral de concha nacar, fragmentos de cerámica, restos de animales y puntas de flechas, todo lo cual indicó que los restos encontrados pertenecían a un cazador de la etnia de los irritilas.

Los irritilas o indios laguneros habitaron las superficies que eran  reconocidas  como asentamientos de los indios laguneros o irritilas, quienes ocupaban las superficies comprendidas desde el valle de Parras hasta Mapimí. Al religioso Juan  Agustín  de Espinoza  se le llama por los estudiosos de los indios laguneros “el padre de los indios laguneros”, esto  debido a la atención y gran cuidado que tuvo para con los integrantes de ese grupo originarios de estas tierras  laguneras. Debido a lo anterior,  se ha concluido que el “hombre  de Bilbao” era un indio irritila o lagunero, tal y como lo llamó el gran historiador y antropólogo Orozco y Berra.

Todo lo expuesto nos debe llevar a la conclusión de que deben de procurar las autoridades educativas de nuestro estado de Coahuila de Zaragoza, de fomentar cada vez más el estudio de los indígenas que habitaron tanto tal estado como el de Durango, pues nuestra niñez debe de tener conocimiento  de quiénes fueron nuestros antepasados, qué lugares de La Laguna habitaron  y e fin, todo lo correspondiente  de las tribus de indios que poblaron nuestra región lagunera, sin olvidar que por el gran número de los mismos se les llegó a identificar como los indios laguneros exclusivamente, pues se afirma que eran más de cien tribus.

Por otro lado, un llamado a las autoridades del Instituto de Antropología  e Historia para que faciliten a los habitantes de La Laguna, pero sobre todo los escolares, el conocer  los restos del indio lagunero irritila, el que según expertos tiene una antiguedad mínima de 500 años.

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El Heraldo de Saltillo
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