ZAGAL

Cual rinde más

Este artículo es algo que tenía guardado en el cajón desde hace un tiempo, surgió de leer The MPG Illusion por Richard P. Larrick and Jack B. Soll, que me hizo pensar y cuestionar cómo pequeños detalles en la forma en que nos presentan la información pueden afectar nuestras decisiones sin que nos demos cuenta. Aunque la información es parecida, intenté tropicalizarlo a lo que vivimos en México y al estilo Zagal. Espero les guste y ahí me cuentan que tal.

En México, la manera en la que determinamos el rendimiento de gasolina en un automóvil es revisando que tan lejos podemos ir con un litro de gasolina, el famoso kilómetros por (1) litro («km/L»).

Empezaré fuerte, y perdón, pero la realidad es que el uso de la métrica de kilómetros por litro para escoger qué carro tiene mejor/menor rendimiento, puede resultar menos efectivo de lo que parece, incluso, ha sido catalogada como una ilusión. Ahí va el por qué:

Primero, uno pensaría que el ahorro de gasolina crece proporcionalmente con el incremento en los kilómetros por litro. Pues no, y aunque parezca raro, la cantidad de gasolina que se ahorra al pasar de 10 a 20 km/L es mayor que al pasar de 30 a 40 km/L. Esto debido a que la cantidad de gasolina ahorrada por kilómetro disminuye a medida que aumenta la eficiencia.

Mejor lo explico con un ejemplo para ser más claro y no cierre la página para ir a ver TikTok.

Imaginemos que existen dos vehículos con diferentes rendimientos. El carro A tiene un rendimiento de 10 km/L y el carro B de 20 km/L y decidimos mejorar la eficiencia del carro A por 15 km/L, y la del carro B a 25 km/L.

De botepronto, pareciera que ambos aumentos de 5 kilómetros por litro ofrecen beneficios similares. Sin embargo, en términos de la gasolina que pudiera ahorrarse al recorrer una distancia determinada, digamos, mil kilómetros, la diferencia se hace evidente.

Si le gustan las mates, tendría que ser algo así:

Así, el carro A, pasaría de consumir 100 litros para recorrer mil kilómetros, a consumir 67 litros por recorrer la misma distancia. Lo que representa un ahorro 33 litros.

En cambio, con el carro B, que inicialmente consumiría 50 litros para recorrer mil kilómetros, al mejorarlo a 25 km/l, su consumo sería de 40 litros. En este caso, el ahorro sería solo de 10 litros.

Yo sé que 40 litros sigue siendo menos que 67, pero en términos de ahorro real, mejorar un vehículo menos eficiente tiene un impacto positivo mucho mayor. Esto demuestra la «ilusión» de  los km/L: un número más alto no siempre significa una mejora proporcional en el ahorro de gasolina, y este sesgo puede llevarnos a tomar decisiones menos eficientes a largo plazo.

Si pudiéramos visualizar de manera más clara el consumo real de combustible, sería mucho más fácil. De hecho, muchos países utilizan la métrica de litros por cada 100 kilómetros, de esa manera los consumidores pueden ver directamente cuánto combustible consumen y entender mejor el costo real de sus decisiones. Bajo esa óptica cualquier elegiría el carro B sin hacer tanto show como el que hice yo ahorita.

Lo que quiero plantear es que, aunque los km/L suenan bien, esta métrica puede alejarnos fácilmente del verdadero ahorro de gasolina y reducción de emisiones. La intención es presentar un enfoque distinto que no solo nos permitiría tomar decisiones más claras como consumidores, sino que también ayudaría a reorientar los esfuerzos hacia los vehículos más ineficientes del mercado, donde el impacto en el ahorro real de gasolina sería mucho mayor. En lugar de centrarse solo en el numerito o en la publicidad, debemos ser más conscientes de cómo nuestras decisiones afectan el medio ambiente y el ahorro energético. Así que, con este razonamiento, podemos darnos cuenta de que las llamadas «agendas verdes» a veces promueven otros intereses, no la eficiencia.

 

Reciban un saludo, muchas gracias.

 

@dan_fdz

 

Maridaje

 

Canción

 

It’s Okay, Try Again – The Shins

 

Lectura

 

The MPG Illusion – Richard P. Larrick and Jack B. Soll

 

 

 

Autor

Daniel Fernández