Columna de El Colegio de Economistas de Coahuila, A.C.
Por: Jonathan Flores Pérez
A propósito del día del economista en México…
El 6 de noviembre se celebra el Día del Economista en México, fecha instituida por El Colegio Nacional de Economistas de México para conmemorar la fundación de la primera escuela de economía en América Latina, establecida en 1953 en nuestro país. Es un día para recordar la ciencia que estudia los procesos de producción, distribución y consumo de los recursos en una sociedad. Pero, al adentrarnos en el mundo de la economía, surge una interrogante: ¿Qué hace un economista? Martin Krause, en su libro “La economía explicada a mis hijos” describe con humor la dificultad de esta respuesta.
En una charla escolar sobre la actividad laboral de los padres de familia del colegio de su hijo, comenzó por detallar su rutina: “Llego a la oficina, me siento frente al escritorio y enciendo la computadora. Mientras tomo un café, comienzo a hojear los diarios económicos en busca de las noticias y los análisis más importantes del día… como consultor, escribo alguna opinión o comentario sobre lo que está pasando en el país, o tal vez algún artículo para un diario local o extranjero”. Con estos ejemplos, Krause enfrentó el reto de comunicar la complejidad de la economía y, aunque suena sencillo, demuestra cómo el trabajo de un economista, a menudo resulta difícil de definir.
Hace más de setenta años, John Maynard Keynes, uno de los economistas más influyentes del siglo XX, ya había manifestado la dificultad de precisar la actividad de un economista. En su visión, lo describió como un profesional que requiere una combinación inusual de habilidades: “El economista debe poseer una rara combinación de dones. Debe alcanzar un alto nivel en varias áreas y combinar talentos que no suelen encontrarse juntos. Debe ser matemático, historiador, estadista y filósofo, en cierto grado. Debe comprender los símbolos y hablar con palabras. Debe contemplar lo particular en términos de lo general y abordar lo abstracto y lo concreto en el mismo vuelo de pensamiento. Debe estudiar el presente a la luz del pasado, con miras al futuro. Debe estar tan fuera de la realidad como un artista y tan cerca de la tierra como un político”
Lo cierto es, que un economista tiene la capacidad de desempeñarse en distintos campos laborales. Desde el ámbito académico, donde pueden contribuir a la docencia e investigación, hasta el sector privado, donde su análisis y proyecciones son fundamentales para la toma de decisiones estratégicas en las empresas. Asimismo, pueden incursionar en el sector público participando en la formulación de políticas públicas y la evaluación de programas sociales y económicos. Además, su comprensión de los datos y las tendencias le permite encontrar oportunidades en consultorías independientes, organizaciones internacionales, empresas dedicadas a la investigación de mercado, o bien, emprendiendo un negocio.
¿Y en qué áreas trabajan los economistas en México? De acuerdo con la última Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo del INEGI, los economistas en el país se concentran principalmente en la Administración Pública, que ocupa al 48% de ellos. Un 15% labora en la Banca Múltiple, y otro 15% se dedica a Servicios de Administración de Negocios. En menor medida, el 8% se especializa en Servicios de Asistencia Legal, el 6% participa en Regulación y Fomento del Desarrollo Económico, mientras que el 3% trabaja en el Comercio al por menor y otro 3% en Contabilidad, Auditoría y servicios relacionados. Finalmente, un 2% encuentra oportunidades en Instituciones Financieras.
¿Y dónde están en el territorio nacional? Según la misma fuente, la concentración de economistas es notablemente alta en la Ciudad de México, donde se encuentra el 65% de ellos. Le siguen Sonora y Chihuahua, cada uno con el 6%, y Coahuila con un 5%. Nuevo León, al igual que Puebla tiene un 4% de los economistas, mientras que el estado de México alberga un 2%, seguido de Colima con el 1.9% y Guanajuato con el 1.8%. El resto se distribuye entre las demás entidades federativas del país.
Lo indiscutible es que, independientemente de dónde laboren o en qué lugar se encuentren, el trabajo de cada economista es importante para el avance de su entorno. Su análisis y conocimiento ayudan a definir estrategias efectivas que impulsan el desarrollo de empresas, fortalecen la toma de decisiones en los gobiernos y optimizan procesos en las diversas organizaciones en que se desenvuelven. Su trabajo diario, aunque a veces silencioso, es fundamental para enfrentar retos económicos; generar un impacto positivo en la sociedad, y construir un mejor país. Concluyo con una importante afirmación de la Premio Nobel en Economía 2019, Esther Duflo,: “En el actual mundo polarizado, los economistas son más importantes que nunca”. A las y los economistas, ¡felicidades en su día!
Nota: el autor es Vicepresidente de Enlace Universitario del Colegio de Economistas de Coahuila
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