Columna de El Colegio de Economistas de Coahuila, A.C.
¿Y a nosotros en qué nos afecta?
Por: Ana Isabel Gaytán García
Todo comenzó con una operación de seguridad en Culiacán, la capital de Sinaloa, en 2019. Aunque dicha operación no tuvo el resultado esperado, los enfrentamientos entre facciones delictivas internas han intensificado la violencia en la región. El panorama urbano es devastador: las calles están desiertas y los comercios han sido abandonados. De acuerdo con la Cámara Nacional de Comercio, Servicios y Turismo, las pérdidas económicas ascienden a 550 millones de pesos diarios, afectando a aproximadamente 12,000 empresas. Otras organizaciones comerciales locales como la Unión de Comerciantes de Culiacán reportan incluso pérdidas superiores, que alcanzan los 800 millones de pesos por día, y advierten sobre la inminente escasez de productos básicos.
Los actores económicos han comenzado a tomar medidas de seguridad. Algunas empresas minoristas como la cadena comercial Oxxo, han anunciado acciones para proteger a sus empleados, mientras que aerolíneas como Aeroméxico han flexibilizado sus políticas de cambios de vuelos para adaptarse a la situación.
La inseguridad está afectando gravemente a sectores clave de la producción agrícola en Sinaloa, incluyendo cultivos como maíz, trigo, garbanzo, ajonjolí, mango, chile verde y papa. Además, productos de exportación como la carne bovina, que genera aproximadamente 870 millones de dólares anuales, y los tomates frescos o refrigerados, con exportaciones cercanas a los 712 millones de dólares al año, también están en riesgo. La incertidumbre derivada de la violencia podría tener un impacto directo en estas exportaciones, lo que plantea preguntas cruciales: ¿qué sucederá con estos productos?, ¿cómo afectará a las exportaciones? El tema es crítico, ya que estas actividades representan un flujo considerable de recursos, siendo Estados Unidos (2,273 millones de dólares), Japón (115 millones de dólares) y Canadá (60.8 millones de dólares) los principales destinos de estas exportaciones, según la Secretaría de Economía. La pregunta clave es ¿cómo influirá esta situación en la inflación y en las ventas internacionales?
En un primer análisis general de los contenidos de diversas notas de prensa, se comprende que la percepción negativa de México en el ámbito económico internacional ha aumentado, debido a la escalada de violencia y su impacto en sectores estratégicos. Este tipo de situaciones genera incertidumbre que repercute en la economía, desincentivando el ahorro y la inversión. La falta de confianza afecta directamente a la productividad, limitando la capacidad de colaboración y frenando el crecimiento económico.
Uno de los principales desafíos para el gobierno es la capacidad de responder de manera inmediata con estrategias de seguridad que sean tanto eficaces como efectivas, dado que la seguridad está estrechamente vinculada al desarrollo económico. La seguridad es un factor decisivo para atraer inversión, ya que los empresarios buscan operar en un entorno estable y cooperativo entre los distintos actores económicos. Mantener un clima de confianza es esencial para el crecimiento, y será importante seguir de cerca cómo evoluciona la situación en el contexto internacional.
Por otro lado, ¿y a nosotros en qué nos afecta? Un ejemplo claro es Coahuila, donde la seguridad ha sido uno de los principales pilares para atraer inversión privada. Una estrategia de seguridad sólida y efectiva tiene un impacto directo en la economía, y según datos del INEGI, Coahuila ocupa el tercer lugar entre los estados más seguros del país. El gobernador del Estado, Ing. Manolo Jiménez Salinas ha reiterado en sus redes sociales su compromiso de mantener esta fortaleza, asegurando que no se relajarán las medidas en este aspecto clave para el desarrollo económico.
En conclusión, aunque esperamos que este episodio de violencia en Sinaloa se resuelva, su impacto económico y en la imagen de México podría ser duradero. Si bien Coahuila se ha blindado eficazmente contra la inseguridad, no podemos ignorar que lo que ocurre en Sinaloa nos impacta como mexicanos y tiene repercusiones regionales. La proximidad geográfica entre ambos estados, separados únicamente por Durango, hace que los efectos esa región influyan nos afecten indudablemente, por lo que es fundamental que la seguridad sea prioridad para proteger tanto a las personas como a la economía.
Nota: La autora es Vicepresidenta Ejecutiva de Programas de Género de El Colegio de Economistas de Coahuila, A.C.
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