ZAGAL

Otra cosa sería

La reforma judicial. Si eres abogado, estarás interesado; si no eres abogado, puede que no tanto, pero aún así, puede que te preguntes: ¿por qué hay tanto ruido alrededor de esto?

Dejando de lado que gran parte de la opinión pública, influenciada por medios de información y por “conferencias mañaneras”, culpa a las instituciones de todos los males y propone como solución una reforma completa, lo siguiente podría ayudarle a entender qué está pasando. Ahí va.

Sin buscar que esto sea un seminario de derecho constitucional, es importante recordar que el sistema político mexicano está constituido por los Poderes de la Unión (Poder Ejecutivo, Poder Legislativo y Poder Judicial), por las entidades federativas (estados) y por los municipios.

Tanto del Poder Ejecutivo como del Legislativo, no hay mucho pierde. El primero se deposita en el Presidente de la República; el segundo, en el Congreso de la Unión, integrado por la Cámara de Diputados y la Cámara de Senadores.

En el caso del Poder Judicial, podemos decir que quizás sea el menos conocido y también el menos comprendido, en parte porque su función no genera el mismo impacto mediático, a pesar de la alta trascendencia de sus resoluciones.

A nivel federal, el Poder Judicial está conformado por la Suprema Corte de Justicia, el Tribunal Electoral, los Tribunales de Circuito (Colegiados y Unitarios), los Juzgados de Distrito y el Consejo de la Judicatura Federal. Bien.

El hecho de que en nuestro sistema exista una división de poderes no debe entenderse como que los Poderes sean ajenos unos de otros. También existe una interdependencia entre ellos. Lo que permite dicha división es que cada Poder desarrolle sus funciones con plena autonomía. De ahí deriva el tema que nos aqueja.

La independencia y autonomía del Poder Judicial se parte en dos: interna y externa. La interna se refiere a la libertad de sus integrantes para resolver conforme a su convicción, siempre salvaguardando la Constitución y los derechos fundamentales. La externa implica que ninguno de los otros poderes interfieran en las funciones propias del Poder Judicial.

El 16 de agosto del presente año se publicó el proyecto de dictamen sobre la reforma del Poder Judicial, que será votado el próximo 26 de agosto.

La reforma propone que las renovaciones de cargos en el Poder Judicial se lleven a cabo mediante elecciones. La intención es que los ministros, magistrados y jueces sean elegidos por voto popular.  Tal cual.

Las elecciones serían organizadas por el Instituto Nacional Electoral, y se establecerían nuevas reglas para la elegibilidad, evaluación y duración de los cargos. También se contempla la eliminación de la Sala Regional Especializada del Tribunal Electoral federal, así como la creación del Tribunal de Disciplina Judicial.

En este nuevo esquema, las candidaturas a los cargos judiciales serían postuladas por los tres Poderes que hemos mencionado, primero, mediante una convocatoria pública y la integración de un comité compuesto por personas expertas para seleccionar un listado corto de aspirantes; dicho listado sería depurado mediante insaculación (sorteo aleatorio) y los nombres finales serían remitidos al poder correspondiente para su aprobación y participación en el proceso electoral.

Aún hay mucho, pero mucho, más para hablar sobre la reforma judicial. Pero no quiero ser tedioso. El tema está en todos lados y todo el mundo habla de él.

Lo único que yo diría es que, de bote pronto, esta reforma no parece ser tan mala. Después de todo, la participación ciudadana en asuntos públicos siempre es algo que hay que aplaudir, ¿no? Lo preocupante son los filtros que compondrían su operación, considerando el actual contexto político en México. Porque claro, si no existiera un partido político que dominara tanto el Poder Ejecutivo como el Legislativo (como es el caso actual de MORENA), cuyo papel sería crucial en la aprobación de las candidaturas judiciales, no tendríamos que preocuparnos por un Poder Judicial más alineado con el partido en el poder que con sus funciones, ni por una mayor influencia política que facilite la captura del Poder Judicial.

Si no fuera por esos pequeños detalles, otra cosa sería. Reciban un saludo muchas gracias.

 

@dan_fdz

 

Maridaje

 

Lectura

 

El Proceso de Cristo – Ignacio Burgoa

 

Música

 

Sinfonía n.º 5 (Adagietto) – Gustav Mahler