PREGONERO

 

Funcionarios de casilla, los que le entran al quite en la elección

El último eslabón en la cadena de organización para una elección, cualesquiera que esta fuese, son los funcionarios de casilla, esos ciudadanos que son elegidos en su mayoría por sorteo o invitados cuando les gusta participar, por eso es común que cuando vaya a votar vea a algunos que repiten sus funciones cada elección.

El próximo domingo 2 de junio se realizará la elección más grande de la historia, los coahuilenses acudiremos a las urnas para elegir presidente de la República, alcalde, diputado federal y senador, por lo que un equipo de funcionarios nos habrán de recibir en la casilla para hacer toda la ceremonia: revisan nuestra credencial, gritan nuestro nombre para que los representantes de partido revisen sus listas y vean que sí somos y sí estamos; posteriormente otro funcionario nos da cuatro boletas, pasamos a la mampara y depositamos nuestro voto  en la urna. Por último, nos regresan la credencial y nos ponen tinta indeleble en el pulgar.

Todos esos ciudadanos que participan lo hacen por el mero gusto de colaborar en la democracia de nuestro país, para que luego la población no ande diciendo que alguien les hizo trampa o que votaron los muertos (la clásica que se inventan) pues los hombres y mujeres seleccionados llevan semanas capacitándose para poder atender a los votantes que acudan a las urnas el próximo domingo.

Si bien es cierto que reciben una compensación por su trabajo que se extiende desde antes de las 8:00 de la mañana hasta pasada la medianoche, la verdad es que los 500 pesos que les pagan se les terminan yendo en las aguas o refrescos para soportar el calor, por eso no crea usted, querido votante, que por un quinientón los funcionarios le tienen que soportar sus rabietas, malas mañas, frustraciones o ideas maquiavélicas de porqué alguien le va a querer robar su voto.

Los funcionarios de casilla son ciudadanos como usted lector y como yo, que decidieron donarle un día de su semana, justo el día que muchos descansan, a la democracia del país.

Porque no todos le entran, muchos son los que se esconden cuando ven llegar a su casa a los enchalecados capacitadores del INE, o se inventan mil y una excusas para decir que no pueden participar.

Mire nada más en los aprietos que ponen a los capacitadores y supervisores: durante abril 19 mil 707 ciudadanos seleccionados para ser funcionarios y que ya habían dicho que si, decidieron bajarse del barco y no participar en la elección.

Pero los capacitadores se pusieron al tiro y bajo los rayos del sol fueron a buscar a más raza o quienes conocen que han participado en elecciones anteriores, para pedirles que le entraran al quite. Ahorita aseguran que tienen ya el 100 por ciento de los funcionarios, amarrados y bien comprometidos.

Pero la verdad es que no se canta victoria, porque todavía el día de la elección salen algunos a los que se les pasaron las copas y la cruda les impide acudir; quien se fue de viaje de última hora a Cancún o hasta a quien se le pegaron las sábanas y optó por apagar el celular.

Paciencia votante, paciencia. Que los ciudadanos que sí le entraron al quite, van a tener un chingo de trabajo para que esta elección salga bien. Ojalá se tomen un café bien cargado en la mañana para que estén de buen humor en las casillas.

Por cierto, esta semana el INE y el IEC aclararon que sí es válido que le tomen fotos a sus boletas, ya ve que hay quien decide postearla en las historias de Instagram o hasta hacer un tiktok mientras vota.

Hay que recordar que el voto secreto es un derecho, por lo que si una persona no quiere ejercer la secrecía también está en todo su derecho de exhibirlo en donde quiera y como quiera.

 

Autor

José Torres Anguiano
José Torres Anguiano
Reportero Multimedia. Periodista de barrio y contador de historias apasionantes.
Premio Nacional de Comunicación "José Pagés Llergo" 2017.
Premio Estatal de Periodismo 2015, 2016, 2017 y 2018.
Premio de Periodismo Cultural UAdeC 2016, 2018, 2021 y 2023.