La crisis del agua es una realidad mundial, este suceso me recordó el título de la novela de García Márquez, Crónica de una muerte anunciada donde se describe como anuncian el asesinato de Santiago Nasar cometido por los gemelos Vicario y nadie del pueblo evita o advierte a Santiago su asesinato. Es el mismo caso el que se está viviendo con la crisis del agua, se informa, se avisa, se anuncia, se advierte, y en la cotidianidad de la vida no se hace nada por tomar las medidas necesarias para evitar que este preciado líquido desaparezca y los daños sean irreversibles, se agote el vital para la conservación de la vida y no tenga ya solución y lleguemos al Día Cero.
Nuestro país es vulnerable a las sequías debido a que el 52% del territorio es de clima árido o semiárido. Lo cual complica la situación de escases de agua, imagine usted el 60% del agua potable proviene de los cuerpos de agua artificiales, según el INEGI, el 76% se dedica a la agricultura, 14% abastecimiento urbano, 5% a la industria y el resto a generación de electricidad. En los últimos años se ha incrementado la extracción de los mantos acuíferos, lo que nos lleva a ocupar el 4° lugar a nivel mundial con mayor extracción de agua del subsuelo, estos acuíferos están en riesgo de sobreexplotación.
Para tomar las medidas adecuadas y evitar que se escasee el agua en el país, es necesario que gobierno y sociedad civil trabajen juntos en el mismo sentido y con la misma dinámica, lo cual no se lleva a cabo en la actualidad, observamos una gestión ineficiente del este preciado líquido del gobierno Federal. ¿Qué factores impiden que se regule con eficacia de la captación, explotación y distribución del agua? Es muy simple de percibir, lo grave de este escenario, por un lado, no existe un buen marco legal regulatorio, como siempre la presencia de la corrupción, la insolvencia de inversión y la falta de voluntad política para dar prioridad a este problema nacional. Otro inconveniente es que los cuerpos artificiales y el agua del subsuelo se están contaminando.
A principios de este año, la Subdirección General Técnica de Conagua señalo que, de las 210 principales presas de nuestro país, con capacidad de almacenamiento del 92% de los embalses del país, se encuentran con una capacidad del 50%. Los estudiosos del tema pronostican que para el 2050 al menos 11 estados de los 32 que existen en el territorio nacional y que representan el 44%, no podrán cubrir sus necesidades básicas de agua. Sumemos a esto que el gobierno federal recortó el presupuesto y la ausencia de proyectos para atender la emergencia de escasez de agua.
Es necesario que se eficiente el manejo de recursos hídricos por parte de las autoridades y también en gran medida los consumidores masivos de agua tanto el sector agropecuario, industrial, hasta el individual. ¿Cómo debemos ayudar los ciudadanos para contribuir a disminuir la falta de agua? Siendo conscientes del problema, y actuando en consecuencia cada vez que utilicemos el agua. Por ejemplo: utilizar la lavadora eficientemente, reducir el tiempo al lavar los trastes, bañarse, lavarse las manos, los dientes. Estar al pendiente de las fugas de agua y repararlas inmediatamente, investigar métodos de recolección de agua. Regar las plantas por la noche racionando el agua. Entre otras acciones que coadyuvarán a mejorar esta situación.
No hay otra forma de salir adelante, solamente exigir al gobierno Federal que incremente el presupuesto a este rubro, instrumentar proyectos eficientes para la conservación del agua. Con estas y algunas otras acciones en nuestros hogares, aseguraremos este vital líquido para las futuras generaciones, evitando con esto llegar al Día Cero, nombre que se le da al momento en que el agua será insuficiente para los seres vivos, situación que hay que evitar antes que sea tarde y se convierta en una catástrofe que nos lleve a la extinción de la humanidad. ¡Sin agua no hay vida!
Autor
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Cursó la Licenciatura en Ciencias Políticas y Administración Pública en la UNAM. Obtuvo el Grado de Maestra en Psicología Social de Grupos e Instituciones por la UAM-Xochimilco y el Doctorado en Planeación y Liderazgo Educativo en la Universidad Autónoma del Noreste. Cuenta con la Especialidad en Formación de Educadores de Adultos por la UPN; y con los siguientes diplomados: en Calidad Total en el Servicio Público, Análisis Politológico, y en Administración Municipal en la UNAM, entre otros.
Ha desempeñado diferentes cargos públicos a nivel Federal, Estatal y Municipal e impartido cursos de capacitación para funcionarios públicos, maestros, ejidatarios en el área de Administración Pública y Educación. Catedrática en la UNAM, UA de C, UVM, La Salle y en la UAAAN. Asesora y sinodal en exámenes profesionales en el nivel licenciatura, maestría y doctorado. Ha publicado varios artículos en el área de administración pública y educación en diferentes revistas especializadas, ha asistido a diferentes Congresos a nivel nacional e internacional como ponente en el área de Administración Pública y Educación, coautora en dos libros. Autora del libro Islas de Tierra firme.
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