DESDE MI ESCRITORIO

México puede estar condenado a no crecer

El sexenio de Andrés Manuel López Obrador terminará con endeudamiento, poco crecimiento de los ingresos, un presupuesto militarizado y deterioro de las empresas del Estado, de acuerdo con un análisis elaborado por la asociación México Evalúa

La asociación calificó el desempeño de las finanzas públicas en la actual administración como “austeridad selectiva y mala gestión”.

En México, por cada peso que mal invierte el gobierno, las empresas invierten más de ocho. Por berrinche, la 4T canceló un aeropuerto que nos era indispensable ante los evidentes cambios en cadenas de suministro  y que detonaría enorme inversión privada complementaria; decidió privilegiar un modelo de refinación que pierde carretadas de dinero y genera más combustóleo que gasolina, lo cual además es una pesadilla ambiental; sacó de la generación eléctrica a los proveedores privados que tienen los recursos para generar la electricidad que nos urge para aprovechar la histórica oportunidad de nearshoring que se nos presenta. Y, además, no ha invertido en educación de calidad, parte importante de la responsabilidad del Estado.

El incumplimiento de las metas de recaudación generó recortes en diferentes áreas, como la salud, la educación y la seguridad pública civil, mientras que se han incrementado los recursos para entes militares como la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), la Marina y la Guardia Nacional.

A pesar de eso (los recortes) México Evalúa subrayó que no se ha conseguido limitar el endeudamiento público, ya que al cierre de 2023 la deuda ascendió a 1.36 billones de pesos (4.3% del PIB), lo que equivale al doble de lo que se observó al final del sexenio pasado (2.2% del PIB) y pese a la narrativa de austeridad del actual gobierno, la deuda pública ascendió a 1.36 billones de pesos al cierre de 2023, lo que equivale al 4.3% del PIB.

Para México Evalúa, esto se debe a que “el gobierno federal está echando mano cada vez más de la deuda para solventar el gasto público, y el mayor problema es que buena parte de este endeudamiento no se utiliza para fines productivos; además, el pago de intereses se está incrementando de forma acelerada”.

La asociación destacó que aunque la Constitución establece que el endeudamiento contratado debe destinarse hacia aquellos rubros que generen un incremento en los ingresos, por cuarto año consecutivo este principio se incumplió, ya que solo 65 centavos de cada peso fueron para gasto en inversión física, siendo este “el peor resultado en los últimos 15 años”.

Las finanzas del próximo gobierno arrancarán a partir de un déficit de más de 6% del PIB. Se vuelve crucial entender qué harán las candidatas a la Presidencia para cambiar radicalmente un modelo evidentemente insostenible cuando, además, vienen años de bajo crecimiento global porque la humanidad cargará pesados lastres: la deuda contraída por la pandemia, la descarbonización de la economía y el creciente proteccionismo y desglobalización.

 

Hay que decirlo: sin infraestructura moderna; sin energía eléctrica suficiente, de buena calidad, barata y limpia; sin agua; y sin una población educada que cuente con las aptitudes que demanda el mercado laboral del siglo XXI, México puede estar condenado a no crecer. Los ingresos del gobierno alcanzarán cada vez menos para financiar un gasto social creciente.

El actual gobierno federal no entendió que una administración responsable sabe que una función primordial del gasto público es proveer infraestructura que detone inversión privada, pero eso, eso no lo entendieron.

Buen fin de semana, la frase, “Regla de vida: No tomarse en serio los halagos, ni los insultos”. ¡Ánimo!

 

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Autor

Héctor Reyes
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