RÓMPASE UNA PIERNA

El ego es simplemente tu idea de quién eres

Wayne Dyer

Sé tú mismo, es uno de los consejos más frecuentes y atinados que puede recibir alguien cuando tiene dudas sobre decisiones que debe tomar bajo presión, o la forma en que tendría que comportarse en determinadas situaciones. Ser auténtico no es necesariamente lo más asertivo, pero sí lo que nos puede dar satisfacción y tranquilidad, porque somos leales y respetuosos con nosotros mismos. Es lo que hay, si no es aceptado el problema es del otro. En cambio, actuar como creemos que los demás esperan que lo hagamos siempre nos dejará la duda de si lo hicimos bien, si fuimos suficientes.

Sin embargo, la autenticidad no es siempre la respuesta adecuada para todas las elecciones cruciales ni para todas las circunstancias inciertas. Existe la posibilidad contraria: sea otro u otra. Sea la persona que le gustaría ser. No son años lo que necesita, sino mucha imaginación. Construya un personaje, ese hombre o mujer que tiene las cualidades a que usted aspira, y como el buen actor o actriz que todos llevamos dentro, conviértase en él para hacerle frente a lo que le atemoriza, le da inseguridad o incluso le disgusta.

Este personaje será su alter ego. Póngale nombre. Imagínelo afrontando esas circunstancias en que usted se siente disminuido, véalo actuar asertivamente, dominar la situación. Entonces estará listo para convertirse en él o ella cuando lo necesite.

Tenga en todo momento la conciencia de que se trata de un ejercicio de imaginación que posibilita adoptar aquellas aptitudes y actitudes que aun no hemos convertido en un hábito, pero que definitivamente tenemos, de lo contrario no podríamos ni imaginarlas.

Dele vida al personaje. Todos podemos hacerlo. La actuación está en la naturaleza de cada ser humano, la desarrollamos diariamente porque no salimos a la calle a gritar a voz en cuello lo que realmente pensamos de otros ni a exponer nuestras vulnerabilidades. En nuestras relaciones, cualesquiera que sean, somos principalmente ego, esa autoimagen que se impone sobre los otros a través de las máscaras que quieren ver.

No, por supuesto no es hipocresía, que es un fingimiento con la intención de engañar a otros. Se trata de un juego de roles que le permite apropiarse de las cualidades que desea desarrollar y cree no tener, cuando en realidad solo le falta habituarse a ellas.

Si usted es parlanchín o parlanchina, cree un personaje que ame el silencio interior, y comience a actuar como él. Si se siente inseguro, medroso, tonto o insuficiente, haga lo mismo. Imagine a su alter ego comportándose de manera adecuada en los escenarios en que usted desearía actuar como él o ella, métase en el papel y “rómpase una pierna”, como se dice en el argot del teatro para desear éxito.

Su alter ego le permitirá, entre otros múltiples beneficios, tomar distancia de sí mismo y de esas creencias y emociones que lo hacen sentir limitado, incapaz o inepto. Vivirá desde otra perspectiva su ansiedad, su angustia, su miedo y cualquier otra perturbación mental.

Este ejercicio de imaginación tiene que llevar la conciencia del juego de rol, porque no discernir entre sus personajes (puede por supuesto crear más de uno) y su personalidad se convertiría en lo que se conoce como trastorno disociativo.

Su alter ego le posibilitará el autoexamen desde una posición cómoda. Podrá ver con claridad lo que cree que son sus debilidades y sus fortalezas, y descubrirá además todo su potencial. Mejorará su autoconfianza y autoestima, pues sabrá que usted, la personalidad primaria, es la que está siendo y haciendo todo aquello que siempre ha querido ser y hacer. Su visión del mundo se expandirá, su mente se abrirá y crecerá su creatividad.

Todo es cuestión de elaborar a través de ese alter ego una versión de la vida distinta a la que se ha venido narrando y que le ha causado problemas.

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